Tomar la fruta con piel tiene algunas ventajas extras (especialmemte elevar el contenido en fibra) pero también tiene algunos riesgos sanitarios que hacen necesaria una correcta limpieza de la pieza de cara evitar posibles infecciones alimentarias.
Si piensas que con poner la fruta bajo el frío cuatro o cinco segundos es suficiente para estar tranquilo, estás equivocado. El lavado debe ser más profundo para estar seguros de que reducimos la carga microbiana que puede traer la fruta. La recomendación de los expertos sanitarios es que la fruta debe estar en remojo un mínimo de tres minitos con una cucharadita de lejía de uso alimentario disuelta en 4 o 5 litros de agua del grifo. Una vez pasados estos tres minutos es precioso aclarar las piezas de fruta a fondo con agua corriente.
¿Y qué recomiendan sobre la fruta pelada? En este caso no hace falta realizar el proceso de desinfección, pero sí sería interesante lavarlas por si contuvieran algún parásito.