Vida Sana

¡Ahora somos más fríos!

La media de temperatura corporal humana ha bajado de 37º a 36,6ºC

Yolanda Vázquez Mazariego

4 minutos

¡Ahora somos más fríos!

Un trabajo de investigación de la la Facultad de medicina de la Universidad de Standord en EE.UU., ha descubierto que la temperatura media del cuerpo humano ha descendido ligeramente en las últimas décadas, al menos la de los estadounidenses.

En los EE.UU., la temperatura media oral para adultos sanos ha bajado a 36.6º C de los 37° C que se establecieron en el siglo XIX.

El valor medio de la temperatura corporal humana fue establecido en 1851 por el médico alemán Carl Reinhold August Wunderlich que midió la temperatura axilar de 25.000 pacientes en Leipzig, estableciendo en 37°C (98.6 °F) el valor medio para la temperatura normal del cuerpo humano.

Sin embargo, una compilación de 27 estudios modernos (Sund-Levander et al., 2002 ) informó que la temperatura media es más baja que la estimación de Wunderlich.

Un reciente análisis de más de 35.000 pacientes británicos con casi 250.000 mediciones de temperatura, encontró que la temperatura oral promedio es de 36.6° C, confirmando este valor más bajo (Obermeyer et al., 2017).

La media de temperatura corporal humana ha bajado de 37º a 36,6ºC

¿Qué implica un cambio en la temperatura corporal?

La cuestión de si la temperatura corporal media está cambiando no es simplemente sólo una curiosidad. La temperatura del cuerpo humano es un equivalente de la tasa metabólica basal que, a su vez, se ha relacionado tanto con la longevidad (mayor tasa metabólica, menor vida útil) como con el tamaño corporal (menor metabolismo, mayor masa corporal).

Los investigadores querían conocer si las diferencias observadas en la temperatura desde el siglo XIX a hoy eran reales, ya que una disminución en la temperatura corporal humana puede proporcionan importantes pistas fisiológicas de los cambios en la salud humana y la longevidad desde la Revolución Industrial.

Ellos proponen que la disminución de la temperatura corporal es el resultado de mejoras en la salud y en nuestro entorno durante los últimos 200 años, que a su vez han impulsado cambios fisiológicos.

El análisis

Los investigadores han utilizado 3 mediciones en diferentes periodos de tiempo, para poder comparar la temperatura corporal:

  • Datos de 1860–1940, con los valores medios de los veteranos del ejército de la Unión de la Guerra Civil Americana (N = 23.710)
  • Los datos de 1971-1975, datos de la Encuesta nacional de Salud y Nutrición I (N = 15.301)
  • Y los de 2007–2017 de una base de datos de Investigación de pacientes adultos del Stanford Health Care (N = 150.280).

La media de temperatura corporal humana ha bajado de 37º a 36,6ºC

Con estos datos han encontrado que la temperatura corporal media en hombres y mujeres, después de ajustar por edad, altura, peso y, en algunos modelos, por fecha y hora del día, ha disminuido monotónicamente en 0,03°C por década.

Una disminución similar dentro de la cohorte del Ejército de la Unión hace que el error de medición sea una explicación poco probable.

Los investigadores utilizaron las 677.423 mediciones de temperatura de estos conjuntos de datos para desarrollar un modelo lineal que interpola la temperatura con el tiempo. El modelo confirmó las tendencias de la temperatura corporal que se conocían en estudios anteriores, incluido el aumento de la temperatura corporal en personas más jóvenes, en mujeres, en cuerpos más grandes y en momentos posteriores del día.

Los investigadores observaron que la temperatura corporal de los hombres nacidos en la década de 2000 es de 0,6ºC (1,06 ºF) de media más baja que la de los hombres nacidos a principios de 1800. Y la temperatura corporal de las mujeres nacidas en la década de 2000 es en promedio 0,58 ºF más baja que la de las nacidas en la década de 1890. Estos cálculos corresponden a una disminución en la temperatura corporal de 0,03°C cada década.

Posibles causas por las que ahora tenemos una temperatura corporal menor

Wunderlich obtuvo sus mediciones en una época en que la esperanza de vida era de 38 años y las infecciones crónicas no tratadas como la tuberculosis, la sífilis y la periodontitis afectaban a grandes proporciones de la población. Estas enfermedades infecciosas y otras causas de inflamación crónica bien pueden haber influido en la temperatura corporal "normal" de esa época.

La disminución en la temperatura corporal promedio en los Estados Unidos podría explicarse por una reducción en la tasa metabólica o la cantidad de energía que se utiliza. Los autores plantean la hipótesis de que esta reducción puede deberse a una disminución de la inflamación en toda la población. La inflamación produce todo tipo de proteínas y citocinas que aceleran el metabolismo y elevan la temperatura, según comentó Parsonnet, uno de los autores del estudio. La salud pública ha mejorado drásticamente en los últimos 200 años debido a los avances en los tratamientos médicos, una mejor higiene, una mayor disponibilidad de alimentos y mejores niveles de vida.

Los autores también plantean la hipótesis de que una vida cómoda a temperatura ambiente constante contribuye a una tasa metabólica más baja. Las casas en el siglo XIX tenían calefacción irregular y no enfriaban; hoy, la calefacción central y el aire acondicionado son normales. Un ambiente con temperatura constante elimina la necesidad de gastar energía para mantener una temperatura corporal constante.

"Fisiológicamente, somos diferentes de lo que éramos en el pasado", ha comentado Parsonnet. "El entorno en el que vivimos ha cambiado, incluida la temperatura en nuestros hogares, nuestro contacto con microorganismos y los alimentos a los que tenemos acceso. Todas estas cosas significan que, aunque pensamos en los seres humanos como si fuéramos monomórficos y para toda la evolución humana, no somos iguales que antes. En realidad estamos cambiando fisiológicamente".

Fuente:

Myroslava Protsiv, Catherine Ley, Joanna Lankester, Trevor Hastie, Julie Parsonnet. Decreasing human body temperature in the United States since the industrial revolution. eLife, 2020; 9 DOI: 10.7554/eLife.49555

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