¿Te has fijado en esas personas inquietas que se mueven sin parar? Su actividad física espontánea (AFE), la que realizamos a lo largo del día sin que sea entrenamiento, como levantarte y sentarte, caminar, subir escaleras para agarrar el metro, etc. es mucho mayor que la de una persona más tranquila. Toda actividad física quema calorías y la AFE no es excepción, de hecho es uno de los factores que se incluye como prevalente dentro de la susceptibilidad a la obesidad, por la termogénesis que supone esta actividad, y es uno de los aspectos importantes que determinan la obesidad.
El consumo calórico de la AFE puede llegar hasta un 30% del gasto calórico diario en humanos. Como respuesta a la sobrealimentación algunas personas aumentan su AFE, evitando la obesidad y otras personas no.
Fuente: www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5716862/