Michele Hlavsa, epidemióloga del centro de control y prevención de enfermedades de los Estados Unidos de América, ha explicado con detalle la razón la que debes ducharte antes de entrar en la piscina. El nitrógeno que tenemos en nuestra piel en contacto con el cloro del agua de la piscina forma cloraminas, lo que hace que haya menos cloro en el agua reduciendo el efecto protector frente a los gérmenes patógenos de la piscina. Además, las cloraminas son las que dan el olor a “cloro” de la piscina y uno de los responsables de la irritación de la piel y los ojos enrojecidos. En realidad, una piscina limpia no huele. En relación con esto, un estudio realizado en los Países Bajos descubrió que una ducha de 60 segundos previa al baño tiene su utilidad a la hora de liberar nitrógeno en el agua; por tanto, no dejes de pasarte por la ducha antes de nadar.