Lo más sorprendente es que esta situación se produzca en un país tan soleado como España, dado nuestro cuerpo puede sintetizar esta vitamina a través de la luz solar. Como media, en una persona sana bastan 20 minutos de sol al día para cubrir nuestras necesidades de esta vitamina. Una buena estrategia para lograrlo es entrenar de corto (al menos, las piernas) siempre que te sea posible. También puedes aumentar tu consumo de alimentos en vitamina D2, como pescado azul, crustáceos, lácteos y setas.
Aunque la vitamina D se fabrica en la piel, el cuerpo no la puede usar directamente, primero ha de pasar por el hígado y el proceso culmina cuando esta forma previa de vitamina D llega a los riñones, donde resulta activada. Hasta entonces no resulta aprovechable por el cuerpo.
La vitamina D tiene cierto efecto antienvejecimiento: los individuos con niveles altos de esta vitamina tienen telómeros más largos que las personas con menores niveles. La longitud de los telómeros se asocia al estado de envejecimiento real, cuanto más largos se mantienen estos, más joven biológicamente está el cuerpo.