No cabe duda de que es importante llevar un seguimiento, más o menos frecuente según nuestro historial clínico, de los niveles de la presión arterial. Las mediciones las puede hacer un médico en su consulta o incluso podemos tomarlas nosotros mismos en casa, con un aparato que recoge los mismos parámetros y que son bastante eficaces. Con estos datos, sabremos si necesitamos algún tipo de tratamiento, como consumir más alimentos para la hipertensión o algún tipo de fármaco.
¿Qué datos nos da la presión arterial?
La presión arterial mide la fuerza con la que la sangre golpea las arterias. Al medirla, obtenemos dos datos, la presión sistólica (la cifra más elevada), que coincide con los latidos del corazón, y la presión diastólica (la cifra más baja), correspondiente al ritmo del corazón en reposo.
Ten en cuenta que la presión alta, a pesar de poder ser bastante peligrosa, es asintomática, por lo que es importante realizar las mediciones periódicas pertinentes para comprobar si todo está normal.
¿Cuáles son los niveles normales de presión arterial y cómo saber si está descompensada?
Para saber si nuestra presión arterial está descompensada, tendremos que fijarnos en los dos valores mencionados anteriormente.
Clínicamente, los especialistas coinciden en que un valor normal se situaría entre 60 y 80 la diastólica y entre 80 y 120 la sistólica. Por debajo de estos valores, se consideraría hipotensión, y por encima de ellos, hipertensión.
En ambos casos, nuestra presión arterial muestra signos de estar descompensada, por lo que es necesario ponerlo en conocimiento de nuestro médico. Lo más habitual es realizar un seguimiento del caso y cambiar algunas rutinas y hábitos del paciente, especialmente enfocadas a la actividad física y la alimentación.
La edad también es uno de los factores que pueden descontrolar nuestra presión arterial. Si no conseguimos obtener valores normales, probablemente el doctor nos aconseje el tratamiento con fármacos.
Tener descompensada la presión arterial significa que el corazón no está trabajando como debería. Esto puede acarrear problemas de salud importantes, como un ataque cardíaco, una insuficiencia renal y un accidente cardiovascular, entre otros.