Una vez que has tomado la decisión de dejar de comer alimentos de origen animal, llega la parte más difícil: lograr una dieta equilibrada que te resulte satisfactoria y que cubra todas tus necesidades.
- Poner en lugar de quitar: es más fácil ir añadiendo los alimentos vegetales en los que quieres que se base tu dieta y relegando progresivamente los alimentos de origen animal. Si “proscribes” una larga lista de alimentos de un día para otro, es muy fácil fracasar.
- Date un tiempo: el proceso puede ser más largo de lo que te gustaría, pero le estarás dando a tu cuerpo y a tu mente un plazo suficiente para ajustarse a los cambios e irás comprobando qué te sienta bien y qué te sienta peor. Si el cambio es traumático, es fácil que termines por abandonar.
- Comprende y respeta tus necesidades: Ser vegetariano y deportistas es perfectamente posible, pero debes poner especial cuidado en tu alimentación para evitar carencias de vitaminas, proteínas y minerales, especialmente si optas por la opción vegana. Necesitas calcio, que puedes encontrar en semillas de sésamo, de chía y en granos completos como el trigo, maíz, amaranto y quinoa. El hierro está presente en vegetales crucíferos (como brócoli, col, coliflor o repollo) y en hojas verdes oscuras como la espinaca. Puedes encontrar vitaminas B12 y D en las algas marinas, los cereales y los champiñones; y aminoácidos en los cereales integrales, legumbres, semillas y hojas verdes.
- Sigue disfrutando de la comida. Los platos vegetarianos son deliciosos, pero debes esforzarte y aprender a cocinarlos para no comer siempre lo mismo.