Vida Sana

Claves para reforzar nuestras defensas de forma natural y evitar caer enfermos

Los alimentos y sencillas claves que nos ayudan a reforzar nuestras defensas para blindarnos frente a virus y catarros

Ruth Fraile

5 minutos

Claves para reforzar nuestras defensas de forma natural y evitar caer enfermos

Es invierno. Hace frío. Desde finales de noviembre del año pasado, que entró la primera ola de frío en nuestro país, nuestro cuerpo lleva una temporada intentando acostumbrarse a las nuevas temperaturas polares. Hemos creado un mundo en el que permanecemos mucho tiempo en locales climatizados. Nuestras viviendas poseen calefacciones, los lugares de trabajo son cómodas estancias de temperatura tropical; cafeterías, bares, restaurantes, tiendas, supermercados, grandes almacenes, metro y autobuses ofrecen espacios que nos protegen del frío y pasamos en ellos la mayor parte de nuestro tiempo. Pero, para trasladarnos de unos lugares a otros, atravesamos pasillos de hielo, áreas gélidas, calles polares… Por un lado, nuestro cuerpo debe adaptarse a los bruscos cambios de temperatura. Por otro, el mayor hacinamiento en lugares públicos muy concurridos hace que sea mucho más fácil el contagio de virus y bacterias. Si no estamos fuertes, nuestras defensas bajan, la maquinaria de nuestro sistema inmunológico no funciona a pleno rendimiento y caemos enfermos.

Vamos a darte algunos consejos para mejorar tus defensas de forma natural. ¡Seguro que te apuntas!

Nuestro sistema inmune distingue los componentes de nuestro organismo de las moléculas extrañas.

Los anticuerpos o inmunoglobulinas son las células principales de nuestro sistema inmune que actúan para defendernos. Cuando decimos que vamos a "aumentar nuestras defensas" estamos diciendo que vamos a mejorar la funcionalidad de nuestros anticuerpos para que sean capaces de combatir mejor una infección.

Tenemos memoria inmunológica. Cada patógeno que entra en nuestro cuerpo es recordado; de modo que si vuelve a entrar, actuamos sobre él rápidamente.

¿Qué comemos?

Los anticuerpos son moléculas de proteína. Por tanto, nuestra dieta debe poseer un contenido proteico suficiente para disponer de aminoácidos que sirvan para formar esas inmunoglobulinas.

Aumentar vitaminas, minerales y proteínas en nuestra dieta es el paso inicial. Sin embargo, pasarnos con dietas hiperproteicas y no controlar la cantidad de hidratos de carbono produce sobrecarga en hígado y riñón, favorece la deshidratación y la descalcificación del hueso y, además, las defensas también bajan.

Sopa de siempre, sopa de moda

Desde hace poco tiempo, los especialistas americanos proponen a los deportistas la sopa de hueso como una forma ideal de aumentar nuestro sistema inmune. La médula del hueso proporciona nutrientes a la sopa que estimulan las defensas de nuestro organismo. En fin, nuestra sopa de cocido de toda la vida.

¡Cuánto saben nuestras madres y abuelas de cómo curar un buen catarro!

Un poco de vitaminas

Vitamina C

Al primer estornudo, incorpora kiwis, naranjas, limones, repollo, brócoli, coles de Bruselas y fresas a tu dieta porque son algunos de los alimentos con más alto contenido en Vitamina C.

Vitamina D

Disfrazarnos de placas solares durante el invierno es una buena propuesta para aumentar la vitamina D, no solo para la absorción de calcio. Ya en 2010, los científicos descubrieron que es crucial para activar nuestras defensas. Sin una ingesta suficiente, las células T (llamadas "células asesinas" del sistema inmune) no podrán reaccionar ni combatir infecciones graves en el cuerpo.

Vitamina A

Aunque está muy presente en el hígado, os proponemos zanahorias, grelos, espinacas, tomate y boniato y almejas o berberechos. ¡A por la A!

Vitamina B3

La levadura, la carne de vacuno (quitad la grasa), la leche, el pollo o el aguacate contienen Vitamina B3, que participa en el metabolismo de sustancias relacionadas con la respuesta inmune. Además, aumenta las defensas antioxidantes naturales, protegiendo al organismo del daño oxidativo y del envejecimiento.

Fitonutrientes al plato

Además del poder preventivo y curativo de la alicina del ajo y la cebolla, que no podemos olvidar al primer síntoma catarral, un estudio del Instituto Babraham en Cambridge, de octubre de 2017, informa de que las verduras verdes crucíferas, como la col, el brócoli, el repollo o las coles de Bruselas son la fuente de la señal química para que el sistema inmune sea funcional. En un estudio que realizaron con ratones sanos con una dieta pobre en estos vegetales, observaron que desaparecían el 70-80 % de las células protectoras. Estas células se encuentran en una capa por debajo de las células de la piel.

Frutas en la despensa natural

Usaremos los cítricos para prevenir y fortalecer las defensas. Si aparece la fiebre, especialmente el limón por sus propiedades antiinfecciosas y antiinflamatorias. Los arándanos rojos nos defenderán de infecciones urinarias.

Especias para acompañar nuestros platos

Además de fomentar nuestra creatividad culinaria, cúrcuma, pimienta y curry estimularán nuestras defensas; el orégano y el jengibre servirán para disminuir el dolor muscular y el jengibre será un buen antioxidante y antiinflamatorio.

El TOP 3 medicinal para aumentar las defensas

3. Echinacea

Sus componentes hacen de esta planta la estimuladora de defensas por excelencia. Muy eficaz en resfriados, fiebre e infecciones por virus.

2. Propóleo

Esta mezcla resinosa fabricada por las abejas previene de infecciones y es muy útil en el tratamiento de cualquier afección de las vías respiratorias y de la piel.

1. Shitake

Este hongo oriental es un gran promotor del sistema inmunológico que, además, protege el sistema cardiovascular.

Tu vida de color naranja

Cuando tengas sed, prepárate uno de estos tres zumos y sentirás cómo tus defensas se ponen “a tope”.

- Naranja y zanahoria.

- Ajo, naranja, cebolla y brócoli.

- Mandarina, jengibre, limón y miel.

- Jalea real, gingseng y chía son otras tres propuestas de herbolario para aumentar tus defensas.

La homeopatía recomienda Anas barbarie para prevenir resfriados.

Abrígate cuando salgas a entrenar

Si sales a correr y hace mucho frío, estira en casa. No te hagas el “yo puedo y nunca me pongo malo” porque un revés de tus defensas te puede jugar una mala pasada. Mientras entrenas, tu temperatura corporal aumenta y no sientes frío, pero el momento de estirar es mejor hacerlo en un lugar cerrado y después de haberte cambiado con ropa seca. El sudor frío es uno de los mayores enemigos de nuestro equilibrio térmico. Date una buena ducha con agua caliente, remata con un toque de agua fría y recupérate.
Si notas los primeros síntomas de un enfriamiento, realiza un entrenamiento suave, sin series ni intervalos.

Si te decides por las series de alta intensidad o por el CrossFit, ten especial cuidado con el sudor. Recuerda proteger tu cabeza del frío con una capucha porque puedes perder mucho calor y sentirte mal. Si te pasas de ejercicio, también te bajarán las defensas. Usa rápidamente ropa seca de recambio. 

Mejorar nuestros hábitos mejora nuestras defensas

Además de llevar a cabo las propuestas anteriores, os recomendamos seguir estos hábitos saludables:

- Reducir el azúcar. Un exceso de glucosa impide que nuestro sistema inmune actúe adecuadamente.

- Consumir solo grasas saludables, como el aceite de oliva. Las grasas saturadas afectan a la fisiología de la inmunidad.

- Hidratarnos adecuadamente. Sin líquidos suficientes, las defensas no funcionan.

- Evitar el sobrepeso porque está directamente relacionado con la disminución de nuestra capacidad de respuesta ante la enfermedad.
Dormir lo necesario. El descanso reparador que proporciona el sueño profundo favorece el fortalecimiento de la memoria inmunológica. Además, la liberación de hormonas durante el sueño colabora con el sistema inmune.

- No consumir alimentos en mal estado. Los mohos que crecen en muchos vegetales, como nueces o maíz, están directamente relacionados con la bajada de defensas, según un estudio reciente de la Universidad de Pennsylvania.

- Practicar una higiene adecuada evita la entrada de bacterias a nuestros aparatos respiratorio, urinario y reproductor.

- No pases hambre y evita el estrés. La escasez de energía y el estrés hacen trabajar a nuestro sistema inmune más intensamente.

- Cuida tus emociones. Trátate bien y trata bien a los demás. Sonríe a la vida y tus guerreros inmunológicos serán mucho más eficaces.