"En casa del herrero, cuchara de palo". Todos los meses estamos en Sport Life con la cantinela de que lo primero que tienes que hacer cuando decides hacer deporte es una prueba de esfuerzo y yo, que corro maratones, llevaba más de cinco años sin revisar el funcionamiento de mi corazón.
Solución rápida: me plantee en el espectacular Reebok Sports Club La Finca. La prueba viene a durar sobre una hora. Comienza con una entrevista personal para ver tus hábitos deportivos, de nutrición, hidratación, los antecedentes médicos personales, etc para pasar luego a las mediciones de peso, talla, auscultación pulmonar, cardiaca , los pulsos periféricos (que sirve para saber que llega la suficiente cantidad de sangre a muñecas, tobillos, etc), la presión (125/85 ya que alta se considera a partir de 140/90) y, por último, un electrocardiograma.
Mi corazón funciona eléctricamente bien, no se evidencias signos de hipertrofia, bloqueos ni extrasístoles. Aparece una bradicardia sinusal, algo normal en gente entrenada que tenemos el latido por debajo de 60 (a mí me da 59 latidos por minuto). El electro ya es el primer filtro para detectar una alteración en tu corazón, aunque es clave hacerse la prueba de esfuerzo ya que a veces los problemas llegan cuando lo estresamos. Hasta aquí no ha habido más esfuerzo que ver cómo rasuraban mi peludo pecho.
Pero llega el momento del esfuerzo. Puedes elegir hacerlo pedaleando o corriendo. Por salud, da igual, ya que la respuesta cardiaca es la misma, pero de cara a la mejorar de tu rendimiento los umbrales no son transferibles de un deporte a otro ya que los músculos implicados en cada uno de ellos son diferentes.
Elijo correr aunque estoy entrenando para la Quebrantahuesos (más que nada por que sólo he traído ropa de running) El protocolo es sencillo. Con la cinta con 1% de inclinación (para similar la resistencia al aire), empiezas a 6 kilómetros por hora para calentar (que parece que va a ser un paseo pero cuando arranca la máquina tienes que caminar a toda caña) y luego la cosa va cogiendo ritmo a base de aumentar 1 kilómetro por hora por minuto. Te tienes que acostumbrar a correr con los sensores en el pecho y con la máscara de oxígeno. El sistema ahora es mucho más cómodo que hace unos años que era tan agobiante que era difícil emplearse a tope.
Es importante estar muy concentrado y motivado mientras corres para entregarte a tope. Yo fui quemando minutos hasta llegar justo a 3 minutos por kilómetro (a 19 km/h) cuando la doctora María José determinó que ya había llegado a mi tope (entre otras cosas, ya estás consumiendo más C02 que oxígeno). Es la prueba de esfuerzo una tortura? Yo no sufrí más que la parte final de una carrera de 10 km.
Luego te llegan los resultados que son muy valiosos para conocer tu potencial como deportista y también para valorar tu estado de forma (ya que puedes ir comparando resultados si como nosotros te recomendamos te haces una prueba cada año). Así, por ejemplo, yo sé con certeza que mi frecuencia máxima cardiaca (que depende de la edad y va bajando; de hecho, desde los 20 años nuestras capacidad desciende) está en 168 pulsaciones y mi umbral aeróbico está en 132 pulsaciones (cuando corro a 12 km/h) y el anaeróbico en 157 (a 17 km/h). Esto me permite saber con total exactitud mis rodajes largos deberían moverse entre 132 y 157 y las series largas entre 150 y 162 y las cortas entre 155 y 168. Gracias a información que te da la prueba de esfuerzo puedes mejorar y actualizar el plan de entrenamiento. Otro dato importante: si entre primer y el segundo umbral hay poca diferencia, es que tienes mal trabajada la capacidad aeróbica (con lo cuál debes hacer más rodajes lentos); y al revés, si hay poca diferencia entre el segundo umbral y el máximo es que debes hacer más series porque tienes mal trabajada tu potencia aeróbica. En mi caso estoy muy equilibrado.
¿Más? Mi ventilación pulmonar por minuto es de 121 (un atleta o ciclista de primer nivel tiene 220-230) mientras que un valor clave como el V02 (expresado en ml/kg/min) es de 62. Te marca el máximo consumo de energía por la vía aeróbica y es un factor excluyente para el rendimiento. Vamos, que si no tienes como mínimo 70 no vas a ser un gran campeón. Viene con los genes, aunque gracias al entrenamiento se puede mejorar un 20-30%. La media en personas que no hacen deporte está en 30-35.
En general, son buenas noticias para mí, sobre todo porque no estoy entrenando mucho en los últimos meses. Pero lo más importante es que puede hacer deporte con la tranquilidad de haber visto como funciona mi corazón cuando me entrego al máximo.