Una de las formas más importantes para una refrigeración segura es mantener la nevera limpia. Para hacerlo, deben lavarse todas las superficies (cajones, puerta, estantes) con agua caliente y jabón. Una vez a la semana, debe hacerse un repaso general a todos los alimentos para desechar los que ya no están en condiciones. Para mantener la nevera libre de malos olores, se puede limpiar con vinagre y agua (el vinagre contiene ácido que destruye los mohos) o con una solución de bicarbonato de soda y agua. En ambos casos, debe centrarse la atención en juntas, estantes laterales y puertas.
Los pasos para limpiar de forma ordenada una nevera pueden ser:
- Retirar los alimentos. Desechar los caducados y mantener los que aún están en buenas condiciones.
- Retirar estantes y cajones. Si son de metal o plástico se pueden lavar con agua caliente y jabón.
- Limpiar el interior con un paño limpio con agua caliente y detergente suave. Hacerlo desde arriba hacia abajo para evitar goteos sobre superficies ya limpias. Debe prestarse especial atención a las juntas y partes de atrás de la nevera y a las puertas interiores.
- Antes de volver a poner los estantes y cajones, deben secarse bien.
- Introducir los alimentos de nuevo y aprovechar para limpiar frascos o envases que hayan podido quedar sucios, como botes de mermelada o miel.