Ningún otro pulsómetro óptico del mercado tiene 9 LED además de cuatro sensores eléctricos de contacto. Es la tecnología Precision Prime que acaba de crear Polar para su nueva familia de pulsómetros GPS Vantage. El modelo M es el más sencillo pero cuenta con la misma tecnología de captación con cinco LED verdes y dos rojos, de esta forma la luz de diferente longitud de onda penetra a diferentes profundidades bajo la piel y se gana exactitud. Los cuatro sensores eléctricos de contacto 'saben' cuando el reloj está bien apoyado sobre la superficie de la muñeca y el acelerómetro que sirve para detectar tu actividad física también colabora, detectando posibles movimientos del reloj que podrían suponer lecturas erróneas. En deportes con mucho movimiento en los que los lectores ópticos suelen fallar, por medio de unos algoritmos hay un procesado posterior a la lectura del registro de pulsaciones para dar la máxima precisión a los datos. Es, sin duda, el sistema más completo del mercado.
Del Vantage M también podemos alabar la estimación de la recuperación, aconsejándote para optimizar tu entrenamiento y para evitar lesiones con Training Load Pro que calcula tus necesidades de recuperación. Estima tu estado de forma y te dice si estás manteniendo la forma con tus sesiones, si estás entrenando de forma productiva, si entrenas demasiado y superas tu capacidad de asimilar la carga o si estás perdiendo forma por no emplear la carga de ejercicio suficiente.
Solo pesa 45 gramos y su batería permite unas asombrosas 30 horas de autonomía usando tanto el GPS como el pulsómetro en el nivel de máxima precisión, con registro de datos cada segundo. Para el posicionamiento usa satélites GPS y Glonass y, a diferencia del Vantage V, carece de altímetro de forma que sus registros de altitud se basan en la posición GPS.