Científicos holandeses acaban de publicar una revisión de estudios sobre el tema en la revista Frontiers in Nutrition, donde confirman que la proteína tomada antes de dormir, se digiere y absorbe bien durante el sueño nocturno, lo que aumenta la disponibilidad de los aminoácidos en el plasma y estimula y aumenta la síntesis de proteínas musculares durante la noche, especialmente cuando se ha hecho, antes de dormir, un entrenamiento específico para ganar masa muscular. Ocurre tanto en personas jóvenes como en adultos mayores.
Además, esta ingesta no reduce el apetito en el desayuno del día siguiente ni altera el gasto energético en reposo. Lo que no está claro es si el efecto se produce simplemente porque esa toma nocturna aumenta la ingesta total diaria de proteínas, o porque por la noche, la proteína puede ser más aprovechada por los músculos.