La comunidad científica y los expertos en nutrición de todo el mundo lo han promulgado a los cuatro vientos durante largo tiempo y nosotros nos hemos hecho eco de esa afirmación en numerosas ocasiones: “Hay que hacer muchas comidas pequeñas al día, 5 ó 6, para evitar que el metabolismo se ralentice". Sin embargo la cosa no está tan clara y de hecho las tendencias actuales hablan de las enormes ventajas para la salud del ayuno intermitente y de espaciar más las comidas, echando por tierra la teoría de las numerosas ingestas frugales a lo largo del día.
La razón principal para comer menos a menudo y menos cantidad eclipsa a todas las demás, prolongar la vida y que ésta sea de más calidad. La clave está en la autofagia, un proceso celular que se activa durante los periodos de ayuno y durante el sueño. A grandes rasgos consiste en una limpieza interna de la célula por la que ella misma elimina sus residuos, produciendo con ellos energía y quedándose como nueva.
La autofagia ralentiza el envejecimiento celular y haciendo 5 ó más comidas al día no le das tiempo a tu cuerpo a poner en marcha los mecanismos de autofagia. Dormir pocas horas y el sedentarismo acentúan el problema.
Las tres claves esenciales para una salud de hierro y una vejez en forma son, según la Dra. Ana María Cuervo, especialista en envejecimiento y codirectora del Instituto Einstein en Nueva York, “comer menos, dormir más y hacer ejercicio a intensidades moderadas".
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