Aunque parezca mentira, las dos salsas tienen sus ventajas y se pueden añadir a tus platos con moderación.
La mostaza
Está hecha de semillas de una planta crucífera, de la familia de las coles y tiene sus propiedades medicinales porque favorece la digestión y calma la irritación de garganta. Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Carolina del Norte ha encontrado que la mostaza también ayuda aumentar la masa muscular y reducir el porcentaje de grasa. La planta contiene un esteroide natural conocido como homobrasinolida que produjo efectos similares a los esteroides anabólicos cuando se añade a la alimentación de ratas de laboratorio que hacen ejercicio durante el experimento.
El ketchup
Es un concentrado de tomate, un alimento rico licopeno, un poderoso antioxidante, que según los estudios tiene más acción cuando el tomate es cocinado a altas temperaturas, como es el caso del ketchup, que al natural. El licopeno es protector de tumores, especialmente el de próstata y también ayuda a prevenir la osteoporosis y enfermedades cardiovasculares según una revisión de la revista American Journal of Lifestyle Medicine. Lo malo del ketchup es que la fórmula incorpora azúcar y sal y te echar a perder tu dieta si te pasas con la cantidad.
Así que siempre que no abuses de la cantidad, puedes añadir mostaza o ketchup a tus platos y beneficiarte de las ventajas de cada uno.