El grano de trigo se divide en salvado de trigo (la parte externa) y germen de trigo (la parte interna). En este artículo vamos a hablar sobre este segundo, pues tiene unas propiedades nutricionales que hay que resaltar.
Por ejemplo, es rico en fibra, fósforo y ácido fólico, valores nutricionales de los cuales podemos obtener interesantes beneficios.
Beneficios de consumir germen de trigo habitualmente
La fibra es un nutriente imprescindible para nuestro organismo. No solo nos ayuda a regular el tránsito intestinal, aliviando así posibles molestias, si no que también puede ser muy útil para disminuir los niveles de glucosa y colesterol en sangre.
El fósforo habitualmente es conocido por sus beneficios para la memoria, cosa que es cierta, pero también tiene otras ventajas para el organismo, especialmente si somos deportistas. Por ejemplo, nos aporta energía y nos ayuda a fortalecer los huesos, mejorando así nuestro desempeño. También puede echarnos un cable con las digestiones (algo en lo que colabora junto con la fibra) y a mantener las piezas dentales.
Si hablamos de energía, los hidratos de carbono también son básicos en este aspecto. Se suele recomendar su consumo a horas tempranas del día de cara a obtener energía para el resto del día, sin embargo, son mucho más que eso. En el caso de los deportistas, ayuda a mantener y reponer el glucógeno muscular, una molécula relacionada también con los niveles de energía del organismo. Asimismo, son buenos para el tránsito intestinal e incluso para reducir el estrés.
Por último, entre los beneficios del germen de trigo, mencionamos aquellos directamente relacionados con el potasio. Este mineral se encarga de mantener los músculos fuertes, evitar calambres y sentirnos con más energía. Además, es útil para mantener correctos los niveles de presión arterial y para trabajar como diurético, favoreciendo la eliminación de líquidos y reduciendo la hinchazón o pesadez.