Dietas y Nutrición

Cuando duermes mal comes peor

Duerme bien y mantén tu peso estable

Yolanda Vázquez Mazariego

2 minutos

Cuando duermes mal comes peor

Si piensas que tu tiempo es oro y que dormir significa perder el tiempo, estás en un error y acabarás viendo como tu castillo dorado se derrumba. Dormir poco o mal puede ser el origen de tus problemas con la báscula. Cuando no descansamos adecuadamente es más difícil evitar los alimentos que no nos convienen, y cuanto más peso ganamos, más difícil es conciliar el sueño. Una mala noche puede ser la responsable de que te apetezca comer chocolate durante el día. Es difícil evitar los picoteos cuando nos sentimos abatidos y agotados, pues en esos casos la comida se convierte en una forma de calmarnos y sentirnos más descansados. Pero es una falsa sensación, pues las galletas de mantequilla no pueden sustituir al sueño que has perdido, lo único que consiguen es calmar tu ansiedad a costa de ganar más kilos.

 

Síntomas de sueño de mala calidad

 

Dormir bien no sólo es cuestión de cantidad de horas dedicadas al sueño sino de calidad, puedes estar en la cama 10 horas cada día y no tener un sueño reparador. Esta lista te indica si tu sueño es de mala calidad:

 

  • Te pones enfermo con facilidad, especialmente eres propenso a las infecciones víricas y bacterianas en cualquier época del año.
  • Te cuesta dormirte por la noche, o te despiertas antes de que suene el despertador.
  • Sientes cansancio crónico, alternado con periodos cortos de exaltación.
  • Sientes pesadez y malas digestiones después de comer
  • Alternas periodos de estreñimiento o de diarrea.
  • Si tienes tendencia a engordar, ganas peso rápidamente a pesar de comer poco y mal. O si tu problema es que adelgazas sin querer, notas como a pesar de comer mucho, cada vez pierdes más kilos.
  • No eres capaz de rendir bien durante el ejercicio, y no te recuperas de los esfuerzos.
  • Sientes deseos impulsivos por alimentos poco nutritivos como dulces, galletas, golosinas, chocolate, patatas fritas, etc.
  • Tu estado nervioso es muy inestable, alternas periodos de depresión con ansiedad.
  • Estás de mal humor y lo pagas con la gente que te rodea.
  • Olvidas las cosas importante, no tienes memoria.
  • No puedes concentrarte.
  • Tu aspecto físico es lamentable, tienes ojeras, tu piel está pálida, el pelo se te cae, etc.

 

Si experimentas más de estos 5 síntomas analiza como duermes cada noche y cuál es tu nivel de estrés, porque si arreglas tus problemas de sueño, notarás como pierdes kilos sin darte cuenta.