Este es mi deporte, este es mi problema
Algunas especialidades deportivas requieren precauciones especiales a la hora de cuidar nuestra boca:
- Todos los deportes: Si padeces una caries profundas (en las que la pulpa, el nervio del diente, está inflamada), al aumentar la presión arterial y el nivel de pulsaciones durante el ejercicio, también aumentará la pulsación dentro del diente. Este efecto puede producir que una pulpitis leve pase a pulpitis aguda, que acarrea un fuerte dolor que seguro afectará a nuestro rendimiento en competición.
- Deportes de contacto, equipo, mountain bike…: Son muy frecuentes los traumatismos dentales y de partes blandas de la boca, pero también de la articulación temporomandibular (ATM). Pueden producir a la larga sinovitis, artritis, osteoartritis, limitación de apertura, etc. Utiliza las protecciones bucales adecuadas y casco si es posible.
- Buceo: La boquilla que se retiene en la boca durante muchas horas altera la fisiología sistema estomatognático, en especial a causa de la presión en la articulación temporo mandibular. Debes tener especial cuidado con las caries activas y las obturaciones mal adaptadas por lo que las revisiones periódicas son aún más importantes.
- Natación y deportes acuáticos: La clorización inadecuada del agua de piscinas provoca una acidificación del medio que puede afectar a tu boca. Exige que el nivel de PH del agua sea controlado por lo menos dos veces al día en la piscina a la que acudes y que se utilice hipoclorito de sodio, de ninguna manera el cloro en gas.