Diagnóstico TDAH

Ha pasado un año desde que conocí a Phil y tengo muchas cosas que contar, unas las he ido contando a lo largo de estos últimos meses pero nunca he escrito sobre el tan famoso TDAH (déficit de atención e hiperactividad).

Lourdes Torres

3 minutos

Diagnóstico TDAH

Ha pasado un año desde que conocí a Phil y tengo muchas cosas que contar, unas las he ido contando a lo largo de estos últimos meses pero nunca he escrito sobre el tan famoso TDAH (déficit de atención e hiperactividad).

Hace 5 años fui diagnosticada con el peor de los tres tipos de TDAH. Mi hijo Voba hacía años que se lo había detectado y durante tres años nos negamos en rotundo a medicarlo. Una medicación en una edad en que la persona está en pleno desarrollo y necesita de todos sus nutrientes para crecer, saludablemente con energía y sin parches en su desarrollo a todos los niveles. Una guerra con los profesores, con la sociedad, medicarlo era como símbolo de ser buenos padres, de lo contrario la mirada y el discurso era el de “¿Vas a dejar a tu hijo sin gafas cuando le han diagnosticado que no ve? Delante de este paralelismo, te encoges y sales corriendo a ver al psiquiatra a que te recete las pastillas mágicas para sentirte no tan mala madre.

Después de mucha insistencia de los psicólogos de mi hijo en hacerme las pruebas del TDAH, me las hice.

Dado los resultados le dije a Voba que nos medicaríamos los dos. Mi vida iba a ser diferente. No voy a entrar en detalle de lo que fue la medicación respecto a mi hijo, solo diré que anulaba su personalidad, un niño alegre, feliz, se quedaba como una silla de comedor, tampoco sus resultados fueron para echar chispas de alegría en los estudios. Poca diferencia, eso sí, el niño seguro estaba bien sentadito en clase.

Respecto a mi, no, no me anuló el carácter, debe ser que tengo un carácter tan malo, que ni con esta medicación se me anula J. Pero sí puedo contaros que anulaba la gestión de las emociones, mentalmente dejé de tener fortaleza, no era capaz de afrontar las dificultades, no era capaz de mantener un equilibrio entre familia, casa, entrenos, trabajo, estaba desquiciada, totalmente desbordada con todo. Mala vida.

Cuando me propuso Ester Galindo ser entrenada por Phil, pensé que era una gran oportunidad para dejar la medicación, y tal cual Voba y yo dejamos de tomarla.

Voba ha hecho un año escolar exactamente igual que los años anteriores, luchando, como todos los que nos han diagnosticado esto, la información inmediata nos cuesta mucho de registrarla y esto hace que vayas a pata coja todo el periodo de aprendizaje y después en diferentes ámbitos de la vida. Yo nunca he sido capaz de seguir las instrucciones en los entrenos presenciales. Eso de "dos de 200 a tanto por cuatro" es mi ruina, porque no lo registro de ninguna de las maneras. Ahora que he estado durante un año bajo la tutela de Phil y de su método me doy cuenta porque lo he vivido en primera persona que NO, que no es cuestión de pastillas que te anulen. Es cuestión de alimentar adecuadamente el cerebro. Dejar el azúcar fuera de casa ha sido muy importante.

Debemos ser conscientes de la necesidad de hacer un cambio en nuestra alimentación, no vamos bien, no. Sólo falta escuchar a mis hijos, “es que en casa nunca hay nada de comer" Grandes discusiones tenemos. No, no hay galletas, bollería, cereales Kellogs, Coca Colas, panes Bimbos, pizzas envasadas, chocolates Kinders y una lista inmensa de productos que me reclaman pero que no nos ayudan en nuestra nutrición saludable.

Al día siguiente del Ironman, cuando hablaba por skype con Phil me dijo algo que no se me olvidará nunca. “Lourdes, tu mente fue capaz de adaptarse sin venirse abajo enfrente de la climatología tan bestia que hubo. Eso sólo puede ser si has alimentado adecuadamente al cerebro". Ya no estamos hablando si tenía músculo o no, entendí que no es cuestión de alimentar el cuerpo , es cuestión de dar a tu cerebro calidad en los alimentos para que dé lo mejor de ti. Mi ánimo fue el mejor que uno puede tener. Me sentía con poder, con el poder de hacer lo que tenía que hacer en la prueba, en vez de que la prueba hiciera conmigo destrozos, físicos y por supuesto mentales.

En mi caso y en el caso de mi hijo la experiencia nos ha demostrado que si te diagnostican TDAH más que pastillas conviene una alimentación sana, actitud y confianza en uno mismo. Con estos ingredientes todo se supera.