Esta es la historia de sus 20 kilos perdidos **con la ayuda de una alimentación saludable y una nueva pasión, el **CrossFit. La vida y el peso de esta patóloga han cambiado drásticamente gracias a la práctica de peso libre y de participar en competiciones de Kettlebells.
¿Por qué empezaste a engordar?
“Empecé a engordar cuando vine a España. Soy venezolana y allí no comemos tanto pan, ni tomamos tantas “cañitas". Preparando el MIR, estaba en mi peso ideal, aunque no hacía deporte ni dieta. El problema empezó durante la residencia, en el hospital de La Paz, empecé a bajar a comer al Mc Donald’s justo debajo casi por rutina… y así es como me puse en 90 kg, que es muchísimo para mis 164 cm".
¿Cuándo decidiste poner solución?
“Decidí apuntarme al gimnasio donde hacía sobre todo clases colectivas y la nutricionista del centro me puso una dieta buenísima, por cuadritos, con la que podías comer de todo, pero ibas marcado las raciones que consumías cada día para no pasarte. Perdí 18 kilos, pero después los volví a coger…"
¿Qué deportes practicabas?
“En 2015, me mudé justo enfrente de Singular Box y decidí probar el CrossFit. Es un entrenamiento tan eficaz que si realmente vas a las sesiones, notas mejoría aunque te descuides en la comida. Al principio solo entrenaba, después me di cuenta que comiendo mejor, rendía más. Así que empecé a beber más agua, a cambiar el tipo de harinas… no hago una dieta paleo estricta, solo procuro comer bien".
¿Cómo fue el proceso de pérdida de peso?
“Actualmente tengo una talla 38, pero quiero seguir perdiendo peso. Entreno 5 o 6 horas a la semana: CrossFit, carrera, cardio con Kettlebells… No solo es cuestión de perder peso, cuando entrenas estás más feliz, duermes mejor. También me he dado cuenta que las dietas que prohíben radicalmente alimentos son muy negativas. No te deben impedir comer cosas que te hacen feliz. Mejor entrenar para quemarlas".