La práctica de yoga tiene múltiples beneficios, energiza o calma, según las necesidades, tanto a nivel físico, como mental y emocional
Con el estrés y la ansiedad, nuestro cuerpo se pone en modo supervivencia, y aparecen las famosas respuestas de 'lucha o huida', o los bloqueos que nos paralizan, y la vida sexual suele ser una de las primeras afectadas, es normal, los seres vivos no pensamos en reproducirnos cuando nuestro cuerpo se pone en modo 'peligro'. La práctica de yoga es una de las mejores maneras de ayudar ante situaciones de estrés y ansiedad, calmando la mente inquieta y nerviosa, recuperando la energía física para poder dedicarla a actividades más placenteras como el sexo.
Junto a la respiración nasal, calmada y consciente, puedes practicar estas 4 asanas o posturas para mejorar tu vida sexual,
Postura 1: Upavistha Konasana o Flexión sentada hacia delante
Beneficios: Estimula tu libido
Esta Flexión hacia delante con las piernas abiertas, ayuda a estirar las piernas alargando los isquiotibiales y los músculos gemelares y reforzando los cuádriceps o músculos de los muslos. Ayuda a que la sangre fluya mejor por toda la región pélvica, y al respirar inhalando y exhalando por la nariz, crea un movimiento que ayuda a que la energía recorra tu cuerpo, despertando tu deseo.
¿Cómo se hace?
Siéntate en el suelo y estira las piernas lo más que puedas sin tirar de los músculos interiores del muslo. Mantén las rodillas apuntando hacia el techo y los pies flexionados. Inhala alargando la espalda y al exhalar dóblate lentamente desde la cadera, llevando el movimiento hacia los pies, no hacia el suelo, doblándote desde la cadera, para llevar tu ombligo al suelo, antes de bajar tu pecho.
Si llegas a tocar los pies con las manos, manté la postura ahí, y si tu flexibilidad te lo permite, puedes llevar las manos y los antebrazos al suelo para ayudarte a aumentar la flexión hacia delante. No fuerces, concéntrate en la respiración nasal.
Manten la postura entre 1 y 3 minutos, respirando lentamente por la nariz.
Postura 2: Dhanurasana o Postura del Arco
Beneficios: Energía para tu cuerpo
La postura del arco abre la parte superior del cuerpo, relajando las tensiones al tiempo que deja que la sangre fluya libremente hacia la zona pélvica y el abdomen. Es una buena manera de estirar la espalda, abrir el pecho y tonificar y afinar el torso, a la vez que estimula la zona de los órganos reproductivos.
¿Cómo se hace?
Tumbado sobre tu estómago, inhala y lleva tus brazos hacia atrás hasta coger las piernas o los tobillos con las manos, exhala y da un descanso al cuerpo. Al volver a inhalar, lleva los pies hacie el cielo, levanta la cabeza y abre el pecho y mantén unos segundos. Exhala para dar calma y equilibrarte sobre tu abdomen.
Trabaja la postura de forma intensa al inhalar y relaja al exhalar. Repite tres o cuatro veces.
Evita este ejercicio si tienes problemas de hernia o espalda, o prueba a hacerlo por un lado cada vez.
Postura 3, Padmasana o Loto sentado.
Beneficios: Libera energía sexual
Esta pose básica del yoga, conocida como el Loto, devuelve la energía a cuerpo y mente, alargando la espalda y liberando la tensión y el estrés.
La postura estimula la función de los órganos sexuales, y al abrir las caderas, también consigue liberar la energía sexual acumulada.
¿Cómo se hace?
Siéntate en el suelo con las suelas de los pies tocándose y las rodillas tornadas hacia el suelo. Atrae tus pies lo más cerca que puedas hacia tu entrepierna, bajando las rodillas hasta que estén lo más cerca posible del suelo sin forzar los músculos. Si no puedes dejar los pies sobre los muslos, prueba la postura del Loto Sencillo o Sukhasana, en la que basta cruzar las piernas en postura sentada.
En esta postura, es importante no centrarse en las piernas, si no en la respiración y en mantener la espalda recta, inhalando y exhalando por la nariz.
Mantenla entre 3 y 5 minutos, y deja que tu mente fluya libre.
Postura 4, Paschimottanasana o La Pinza
Beneficios: Estimula tus glándulas sexuales
La posturas de la pinza es una flexión hacia delante, que mejora la flexibilidad y favorece la concentración mental. Al practicarla, se consigue también una buena estimulación de nuestra salud sexual.
Relaja la pelvis y los muslos, fortalece las glándulas sexuales y al trabajar la flexibilidad, se dice que esta posición contribuye a mantener la juventud.
¿Cómo se hace?
Siéntante en el suelo con la espalda recta, las piernas estiradas ante ti y con los talones juntos. Inhala y lleva los brazos al cielo, y al exhalar, vete bajando los brazos alargando la espalda, doblando desde las caderas, no te agobies con llevar la cabeza al suelo. Estira la espalda alargando los brazos al inhalar, y baja al exhalar. Cuando notes que has llegado al límite de tu flexibilidad, deja las manos sobre los muslos, las tibias o los dedos de los pies.
No te preocupes si tu nariz no llega a tocar tus piernas, lo importante en esta postura es trabajar la flexión alargando la espalda.
Mantén esta postura entre 1 y 3 minutos, con respiración nasal.