El concepto de stiffness o rigidez muscular se refiere a la capacidad o propiedad biomecánica del músculo de oponerse a la distensión, una propiedad mecánica que contrariamente a lo que se podría pensar resulta necesaria ya que cumple una importante función en la estabilidad de las articulaciones. Esta resistencia o tensión resultará útil para propulsarse con fuerza, ya que el componente elástico de los diferentes tejidos es una especie de muelle que almacena y vuelve a disparar la energía, es lo que se denomina el ciclo estiramiento-acortamiento (CEA).
Ante estiramientos estáticos mantenidos y repetidos en el tiempo, se producen adaptaciones de deformación en el tejido conjuntivo (tendón), es como si ese muelle mecánico que es el tendón se diera de sí y quedara más elongado, conseguiríamos más elongación y flexibilidad articular pero a cambio habríamos perdido capacidad de acumular y generar energía de forma eficiente, lo que llevaría a una disminución del rendimiento en actividades que requieran este mecanismo como la carrera o un lanzamiento. A este inconveniente para el rendimiento, habría que añadirle también que la articulación quedaría más laxa y por tanto menos estable, lo que aumentaría la inestabilidad y el riesgo de lesión.
El gran tejido conectivo y fuerte tendón de Aquiles en el gemelo representa el “muelle" que permite la extensión final enérgica y potente en un sprint o un salto.
Si observas el cuerpo de un gimnasta, es un claro ejemplo de estructuras móviles pero fuertes y estables al mismo tiempo. El entrenamiento de sus habilidades les lleva a ejecutar acciones musculares excéntricas con estímulo tanto sobre el tejido muscular como sobre el tejido conectivo (fascias y ligamentos) estimulando el desarrollo de ambos sin detrimento de la capacidad elástica.
Al igual que cuando se mejora la condición física cardiovascular se aumentan el ritmo cardiorrespiratorio o cuando mejora la fuerza se incrementa la intensidad; cuando se mejora la movilidad se debe apostar por el aumento de la velocidad en los estiramientos, no sería progresivo mantener una situación estática y mantenida ampliando cada vez más el rango articular o el tiempo de mantenimiento del estiramiento estático. La progresión en la mejora de la movilidad debe ir por el desarrollo de los estiramientos dinámicos aumentando la velocidad de ejecución, el control excéntrico y la carga muscular propuesta ya sea con cargas adicionales o con propuestas de potencia como la pliometría. Solo de esta forma se garantiza una mejora de la movilidad con mantenimiento de una rigidez muscular positiva.
Es muy habitual identificar una postura con rangos articulares muy amplios como un cuerpo flexible, pero lo que no vemos es que se ha perdido estabilidad articular y capacidad en la producción de fuerza. Por esta razón, en atletas que buscan rendimiento, no se utilizan estiramientos estáticos que busquen alcanzar un rango articular cada vez mayor, sino se pretende el rango necesario para su gesto y reforzar el tejido tanto muscular como conectivo.
Por tanto el stiffness es una propiedad que debemos continuar manteniendo e incluso mejorando, conservando así las propiedades del colágeno en el tejido conectivo. Los estiramientos dinámicos una vez más son la apuesta ganadora, por una parte consiguen estirar al tejido aponeurótico de las fascias, pero por otra parte incrementan la tensión en el tejido conjuntivo generando adaptaciones positivas que evitan su deformación, mejorando además su función de almacenar y reinvertir la energía acumulada. El objetivo de entrenamiento es por tanto progresar de lo pasivo a lo activo, de lo estático a lo dinámico y de lo relajado a la contracción excéntrica con tensión.
Una forma sencilla de mejorar la movilidad garantizando el stiffness es el trabajo de fuerza con contracciones excéntricas, que pueden ir desde un peso muerto rumano unipodal, hasta un swing con kettlebell o una sesión de mulitisaltos.