Cómo proteger los oídos cuando nadas

¿Es suficiente con los tapones estancos para protegernos?

Alberto Cebollada

Cómo proteger los oídos cuando nadas
Cómo proteger los oídos cuando nadas

Nadar, y sobre todo cuando podemos hacerlo en el mar como en estos meses de verano, se convierte en un verdadero placer. Sin embargo, hay un problema que suele estropearnos este "idilio" con la natación cuando tenemos la oportunidad de hacerlo en las aguas abiertas. Supongo que ya os estáis imaginando que os estamos hablando de los oídos, que pueden convertir en una verdadera tortura nuestra pasión por la natación.

Los que llevamos toda la vida en el agua y tenemos los oídos “delicados", sabemos lo dolorosas que son las infecciones de oído y para prevenirlas lo mejor es acostumbrarse desde pequeños a usar siempre unos tapones para los oídos. Sean para niño o adulto, yo siempre recomiendo nadar con tapones especialmente en agua clorada y secarse bien los oídos después de cada baño, ya que el agua es un enemigo para la delicada piel del oído y especialmente el agua de la piscina que atenta contra el cerumen que lo protege.

Respecto a los tapones hace años un otorrino me recomendó usar un modelo sencillo de silicona, curiosamente no era ni de cera ni hecho a medida. Se trata de unos tapones de apenas 3 euros que los puedes comprar en la farmacia o en la zona de cosméticos de grandes superficies. Se trata de unos tapones con tres aros concéntricos y una prolongación que se colocan con un tubito aplicador, son un poco molestos el primer día por el “efecto tapón" que producen en el conducto auditivo, pero son tremendamente efectivos porque impiden la entrada del agua. Los puedes conseguir en dos tamaños diferentes, adulto e infantil, que se adaptará perfectamente al conducto auditivo de los más pequeños.

El primer uso hay que decir que es molesto porque presionan el conducto y cuesta un poco acostumbrase, pero te aseguro que es la mejor de las recomendaciones que te puedo dar y además barata, ya que he probado todo tipo de tapones e incluso hechos a medida y curiosamente no logran el mismo hermetismo que estos. Desde pequeño tengo el hábito de usarlos todos los días que nado y el día que me los olvido sé que estoy expuesto a padecer una otitis, con lo que prefiero siempre nadar con ellos y prevenir.

Otra recomendación que yo hago siempre no sólo a todos los nadadores sino a todos los deportistas en general es la de no enjabonarse el conducto auditivo en la ducha y la de no usar los bastoncillos de limpieza o en todo caso al hacerlo aplicarlos sólo en el pabellón auditivo externo pero nunca introducirlos dentro del conducto.

Espero que con estas soluciones que os he aportado podáis mitigar los problemas con los oídos mientras nadáis y podáis disfrutar con toda intensidad de un deporte tan maravilloso como la natación.