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Tras haberse analizado los genomas virales de más de 46.000 afectados por el covid-19, correspondientes a 99 países diferentes, se ha evidenciado que ninguna de las variantes recurrentes observadas en más de 12.000 mutaciones tiene mayor grado de transmisibilidad.
Transmisión limitada
Según los investigadores de la University College de Londres, responsables de la centralización del estudio sobre el núcleo de población de 46.000 infectados con el virus SARS CoV2, todos ellos habiendo mostrado sintomatología clara del covid-19, se ha notificado que la mutación en la proteína pico, (denominada D614G), la responsable de que las nuevas versiones del virus lo conviertan en más transmisible, no se ha detectado. Esta nueva evidencia científica confirma que ninguna de estas mutaciones está haciendo que el Covid-19 se propague con mayor velocidad y, por otra parte, tranquiliza a la comunidad científica encargada del desarrollo de vacunas, debido a que el espectro de posibilidades cubiertas por las actuales será suficiente.
La mayoría de las mutaciones comunes del SARS CoV2 son relativamente neutrales, descubriendo los responsables de este estudio que la mayoría parecen haber sido inducidas por el sistema inmunológico humano y no son el resultado de la adaptación del virus a su nuevo huésped humano. Esta certidumbre verifica lo que ocurrió cuando el SARS-CoV-2 saltó de los humanos a los visones de granja, ya que la misma mutación aparecía una y otra vez en diferentes granjas de visones, a pesar de que esas mismas variaciones rara vez se habían observado en humanos anteriormente.

Cronología de las mutaciones
Se ha dado por cierto que el virus SARS-CoV-2 pasó a los humanos entre octubre y noviembre de 2019, pero los primeros genomas estudiados provienen de los primeros meses de 2020; en ese momento las mutaciones de los virus imprescindibles para determinar su grado de transmisibilidad en las personas podrían haber surgido y haberse fijado, impidiendo su estudio.
Como sucede con otros coronavirus, se puede esperar que el SARS CoV2 mute y se divida en diferentes progenies a medida, volviéndose más común entre los humanos, lo que no implica de manera necesaria que se vuelva más contagioso o dañino.
En las conclusiones del estudio se advierte de que con la llegada de las vacunas probablemente el virus sufrirá presiones selectivas para escapar al reconocimiento del sistema inmunológico humano, lo que podría derivar en la aparición de nuevos virus mutantes que sean capaces de escapar a la inmunidad lograda por las vacunas, aunque estas se puedan modificar y adaptarlas a las nuevas variantes del virus si fuera pertinente.

FUENTE: https://www.nature.com/articles/s41467-020-19818-2#Sec7