Sin ser conscientes de ello, cometemos hábitos incorrectos al descongestionar la nariz y también al estornudar, tales como ejercer demasiada fuerza, utilizar varias veces el mismo pañuelo o no limpiar cada conducto nasal por separado. Expertos de Pharmexmer, producto para la higiene nasal de Pharmex Advanced Laboratories SL, analizan las claves para que, en época de resfriados, no se acentúen las posibilidades de padecer una de estas enfermedades.
Con la bajada de las temperaturas en otoño llegan los temidos resfriados y los virus a los espacios comunes de trabajo, aumentando las posibilidades de sufrir una gripe. Aunque es casi inevitable padecer una enfermedad de este tipo durante los cinco meses más fríos del año que comienzan ahora, en noviembre, existen formas para paliar los efectos de esos terribles constipados.
Todo ello radica en sonarse bien la nariz, bien sea por la presencia de mocos o por estornudos, un ejercicio que a priori puede parecer muy simple, pero que requiere de una técnica propia. La importancia de no hacerlo de la forma correcta es extrema ya que puede llegar a provocar sinusitis, bronquiolitis o, incluso, neumonía en las personas. Estos son los errores más comunes y los consejos ideales para realizar esta acción de forma correcta.
Limpiar los dos conductos por separado: lo más recomendado es sonarse bloqueando primero uno y después el otro ya que, al taparse los dos conductos, se aumenta la presión en la nariz pudiendo dañar los oídos, e, incluso, los ojos.
Intentar no reutilizar un pañuelo: se trata del error más extendido, fruto de no querer desperdiciar el pañuelo o de ahorrar en su compra y uso. Lo recomendable es usar un pañuelo distinto para cada fosa nasal y jamás el mismo en varias ocasiones.
Evitar sonarse demasiado fuerte: ejercer una gran presión en la nariz puede generar una inversión del flujo, impulsándolo al interior de la nariz, lo que puede ocasionar que las bacterias sean transportadas a otras áreas del aparato respiratorio.
No presionar la nariz cuando se estornuda: dejemos a un lado la cortesía cuando de la salud se trata ya que tapar la nariz en ese momento puede traernos grandes problemas. Al no poder liberarse ni por la nariz ni por la boca la fuerte presión generada por el estornudo, el aire puede forzar la garganta causando una grave lesión. Además, los oídos también se pueden ver afectados acarreando infecciones, dolores de cabeza e incluso otitis; y también los ojos ya que la presión provoca hemorragias en la nariz o a hemorragias en la conjuntiva ocular.
Cubrir la nariz/boca con el brazo a la hora de estornudar: la acción de estornudar, al igual que la de toser, genera la expulsión de una gran cantidad de gérmenes. Son muchos los que, por cortesía, cubren la nariz o la boca con la mano o con alguna parte del cuerpo, pero lo correcto es hacerlo con la parte interna del brazo, ya que no solemos lavarnos las manos nada más estornudar.
No reprimir un estornudo: al no producirse el arrastre de partículas irritantes o gérmenes, la fuerza del aire actúa contra los propios tejidos. Las consecuencias de remitir el estornudo pueden ser pequeñas roturas vasculares, inflamación de fosas nasales, inflamación timpánica, dolor de oído, mareos, alteraciones en la audición, o dolor de cabeza, entre otras.
La opción más respetuosa con nosotros mismos a la hora de estornudar es hacerlo en un espacio abierto, dejando que todos los gérmenes salgan de nuestro cuerpo, sin presionar ni tocar la nariz en ningún momento. A continuación, utilizar dos papeles desechables para limpiar cada una de las fosas nasales, y para finalizar, utilizar un aerosol salino para sacar el mucosidad de los conductos, sin necesidad de soplar ni ejercer presión sobre la nariz. Después de todo ello, según indican los expertos de Pharmexmer, se deben limpiar las manos con cuidado: humedecerlas con agua tibia para eliminar los microorganismos superficiales. A continuación, añadir jabón en las palmas de las manos y frotar enérgicamente. Actuar también en el dorso, muñecas y entre los dedos, así como en el interior de las uñas. Por último, secar bien con papel desechable o con una toalla limpia.