¿Qué sucedería si el siguiente eres tú?, no por contagiarte del COVID-19, sino por ser el siguiente en que una persona de tu entorno inmediato te comunique que está enferma.
El pasado invierno, caer enfermo podía convertirse en una oportunidad, para descansar, pasar unos días en casa, incluso leer ese libro que llevaba días y días de espera a que le dedicaras tiempo. Te podías poner al día de los capítulos atrasados de tu serie favorita, aprovechar para beber más, comer mejor, darte una siesta con décimas de fiebre, que también tiene su encanto. Comprobar cómo el mundo continúa girando a pesar de que paremos el frenético ritmo por unos días.
Este invierno, con la visita del COVID-19, un simple estornudo se ha convertido en un momento de riesgo sanitario para la persona que está cerca de quién estornuda, pero un momento de gran riesgo social, al ser discriminado, para quien estornuda.
La persona afectada, tiene claras instrucciones de cómo actuar. Pero el entorno inmediato de estas personas, no tienen una guía de instrucciones tan claras. Así que el miedo, la desinformación o la información tergiversada o errónea capitanean sus actuaciones.
Corremos el riesgo como sociedad de discriminar innecesariamente a las primeras personas que se contagien del COVID19 en un estadio leve y no necesiten acudir a hospitales. Se estima que en un periodo breve de tiempo, el 80% de la población se contagiará de manera sintomática o asintomática, tal y como están sucediendo los acontecimientos. En esta enfermedad debemos estar unidos. Lejanos con nuestro físico, pero muy cerca en nuestro aspecto emocional para superar juntos esta pandemia. Cambios de rutinas, de vida, de costumbres, pero que no deben cambiar cambien nuestras virtudes y nuestros sentimientos de solidaridad que nos caracteriza. En estos momentos de crisis, debemos estar unidos y no hacer que quien enferme, se sienta como un estigma social.
¿Cómo actuar si alguien de tu entorno se enferma?
• Toma las precauciones higiénicas sanitarias, sin necesidad de aislarlo socialmente.
• Procura seleccionar tus mejores palabras para esa persona, el lenguaje es muy importante, pues crea realidades.
• Evita conversaciones superficiales cargadas de estereotipos y enjuiciamientos. A la primera persona que afectan negativamente es a ti.
• No contribuyas a la crítica gratuita para crear conversaciones más largas. Aunque en una primera impresión la crític- a generalizada nos da la sensación de cohesión grupal, es una falsa sensación.
• Hemos creado una sociedad muy polarizada que ya cuenta con muchos ejes de discriminación social. Por ello es importante evitar crear nuevas y ante todo, innecesarias maneras de discriminar.
Alicia es socióloga, autora del libro “Las palabras que nos habitan" (Ed. Uno. Barcelona 2.016) y Creadora y Directora del proyecto CLES “Club de Lectura Empresarial Sociológico “Suéñate“. www.aliciaaradilla.es
