La excelencia está en el interior
Gary Mack, psicólogo deportivo, describía en su libro Mind Gym, la importancia de la excelencia en el deporte de alto rendimiento. Y es cierto, es imposible llegar a ser brillante, destacar, ser una leyenda, si no aspiramos a la excelencia. Lo mismo ocurre en nuestras vidas cotidianas, en nuestro deporte popular y en nuestro trabajo. Quien aspira a la excelencia, se esfuerza y educa en ella, consigue ser brillante en lo suyo. Todos buscamos la confianza de quien realiza bien su trabajo. Esas personas nos inspiran credibilidad y seguridad. Todos podemos ser personas excelentes en lo nuestro si ese es nuestro deseo.
Hay una diferencia muy importante entre excelencia y perfección
El perfeccionista nunca termina de estar satisfecho con su trabajo, porque siempre podría haber estado mejor. Y muchas veces su criterio de evaluación es el entorno, el exterior, de tal manera que su satisfacción nunca depende de él. Por el contrario, la persona que tiende a la excelencia, le gusta superarse, basa su mejora en su rendimiento, no en sus resultados. Su criterio de valoración y de mejora es interno, él mismo es su punto de referencia. La perfección genera frustración, mientras que la búsqueda de la excelencia genera deseo de superación.
¿Cómo llega un deportista a tener esa excelencia interior? Estas son algunas de las propuestas de Gary Mack:
Tiene un sueño, cree en él y construye a su alrededor un estilo de vida para poder lograrlo. Una persona con excelencia interior hace por transformar su sueño en realidad. Establece un plan y se organiza para alcanzarlo.
1. Tiene compromiso
Tener compromiso significa invertir esfuerzo para logar algo que deseas, incluso cuando entrenar te da pereza. Si quieres mejorar tu distancia corriendo o tu resistencia, igual tienes que acompañar tus sesiones de running con otro tipo de trabajo deportivo, a pesar de que no te guste.
2. Responsabilidad
El trabajador, el deportista, la persona responsable se autogestiona. No necesita que nadie esté encima de ella motivándola o empujándola para cumplir con su cometido.
Deseo de seguir aprendiendo y creciendo. Nunca estamos lo suficientemente preparados. Cuando crees que lo sabes todo es cuando empieza tu decadencia. En ese momento solo puedes empeorar tu situación. Nunca se deja de aprender. Nuestro cerebro está configurado para enriquecerse de la curiosidad y de nuevos aprendizajes. Es una manera de mantenerse joven y ágil.
3. Optimismo
Una mente negativa es incapaz de tener una carrera profesional o deportiva brillante. El optimismo es la capacidad para interpretar el entorno en término de soluciones, en lugar de estancarnos en los problemas. Conseguir ser excelente, también en tus carreras populares, requiere una visión positiva de ti y de tus circunstancias.
4. Confianza en uno mismo
Quien confía en sí mismo, cree en su habilidad, en su talento, en que el esfuerzo que invierta le llevará a mejorar su rendimiento. No espera que el entorno sea favorable, solo confía en sus habilidades. Y por mucho que alguien quiera que desistas de tu sueño, nadie puede robarte tu confianza y seguridad si tú no le das valor a lo que te dicen.
5. Control emocional
La capacidad de autocontrol, de saber elegir y gestionar nuestras emociones, permitirá elegir nuestras batallas, regular nuestras emociones y no dejarnos llevar por la rabia, la pena o la frustración, que pueden llegar a truncar nuestros sueños.
Persistencia y paciencia. Decía Aristóteles que "somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia, entonces, no es un acto; es un hábito”. Es imposible realizar algo con excelencia si no se entrena lo suficiente. Porque la habilidad es el resultado de un talento bien entrenado.
6. Decía Michael Jordan que "Si haces el trabajo, serás recompensado. No hay atajos en la vida"
Lo cierto es que no siempre que haces el trabajo, eres recompensado. Pero la segunda parte de su declaración, no tiene manera de refutarse. No hay atajos en la vida si se trata de hacer algo de forma excelente.