25 consejos para vacunarte de forma natural contra las gripes invernales

¿Quieres reforzar tu sistema inmune en invierno?

Yolanda Vázquez Mazariego

25 consejos para vacunarte de forma natural contra las gripes invernales
25 consejos para vacunarte de forma natural contra las gripes invernales

1.Sigue una dieta variada. El sistema inmune necesita un aporte adecuado de vitaminas y minerales para funcionar correctamente, para conseguirlo el mejor método es comer un poco de todo, sin excluir ningún grupo de alimentos en concreto, hasta la grasa que tanto evitas es necesaria para mantener las defensas.

2. Mantén el peso adecuado. Los extremos acaban con el sistema inmune, tanto si sobran como si faltan kilos, si no dispones de las calorías suficientes cada día o si te sobra grasa, las defensas necesitan un peso equilibrado para funcionar correctamente.

3. Evita las dietas rápidas. Las dietas "milagrosas" o las pérdidas de peso rápidas por motivos diversos (un problema, estrés, un "finde" loco, etc.) alteran el sistema inmunológico y lo dejan sin energía para defenderse.

4. Controla tus "ansias deportivas". Si entrenas en exceso, sólo haces deporte los fines de semanas, hasta el agotamiento, haces series más de dos o tres veces por semana, etc. te fallan las defensas y se abre un agujero por el que entran las infecciones. En cambio si practicas ejercicio de forma habitual, adaptándote a tu nivel, edad y cambios en la vida, tus defensas se hacen fuertes.

5. Pon un ajo en tu vida. La fama antivampiros del ajo empieza por su capacidad para eliminar bacterias, virus y hongos, de ahí su nombre de "antibiótico natural". Aunque a los que te rodean no les agrade tu aliento, a tus pulmones les viene muy bien los compuestos azufrados que desprende y que tienen efecto antiséptico.

6. Busca el "aire libre". Intentan hacer ejercicio al aire libre, donde tus pulmones se pueden oxigenar y se limpian. Evita hacer ejercicio en ciudades contaminadas o en la cinta de gimnasios donde se acumulan muchas personas que pueden ser una fuente de infecciones.

7. Lávate las manos frecuentemente. Una medida de higiene tan básica que se aprende en la guardería, es la forma más eficaz de prevenir las infecciones. Las manos tocan todo y los agentes patógenos "cogen" el tren entre sus pliegues y son transportados hasta la boca, a los alimentos que comemos, la ropa, etc. con facilidad.

8. Frótate cada día. Aprovecha cada mañana para cepillarte la piel con una esponja de lufa o un cepillo que ayuda a eliminar las células muertas y a eliminar las toxinas. Después acaba la ducha de agua fría para estimular la circulación y acostumbrarte al frío, haciéndote más resistente a los cambios de temperatura.

9. Vacúnate si estás en riesgo. Las vacunas para protegerte de la gripe son adecuadas para las personas con defensas bajas, ancianos, niños y atletas con un peso muy bajo.

10. Corta por lo sano. Cuando notes los primeros síntomas de infección empieza a cuidarte inmediatamente. El mejor remedio es meterse en la cama en cuanto llegues a casa y empezar a dormir o al menos descansar tumbados.

11. Desayuna con limón. Siempre has de hidratarte adecuadamente, no sólo cuando ya estás enfermo. Además de beber al menos dos litros de agua al día, procura tomar cada mañana un zumo de limón recién exprimido diluido en un vaso de agua. El limón es un antiséptico natural, rico en flavonoides, ácido cítrico, potasio y vitamina C, con propiedades anti-virales, anti-bacterianas y anti-fúngicas, un arma de triple filo  para alejar las infecciones e hidratar bien los tejidos después de la noche.

12. Aumenta la C. Anticípate a las gripes, cuando el entrenamiento haya sido intenso, o haya personas enfermas a tu alrededor que puedan contagiarte, puedes aumentar la dosis de vitamina C a entre 500 mg y 1 mg al día. La vitamina C aumenta la producción de células blancas y anticuerpos y de interferon, responsables de la respuesta immune. Aunque la vitamina C no evita la gripe, reduce la duración y facilita la recuperación. No hace falta tomar suplementos de vitamina C si se toman cada día entre 5 y 7 raciones de frutas y vegetales frescos, como el kiwi, guayaba, papaya, fresas, naranjas y limones o verduras como la col, los pimientos, brécol, berros y el perejil.

13. Cuida el zinc. El zinc junto con el hierro es uno de los oligoelementos con más funciones en el organismo, la mitad del zinc se encuentra en la sangre e interviene en muchas de las enzimas de las células que regulan como las hormonas, reparación y defensa inmunitaria. La cantidad de zinc recomendada es de 20 a 40 mg al día. Los alimentos más ricos en zinc son los moluscos como las ostras, el germen de trigo, la levadura de cerveza, los huevos y los frutos secos.

14. Duerme tus horas. Cada persona necesita dormir unas horas al día, normalmente entre 6 y 8 horas, incluso más si entrenas más de dos horas al día. Respeta el tiempo del sueño pues algunas de las células de defensa se producen durante el descanso. Una de las formas más fáciles de prevenir una infección es dormir más. Y cuando ya has caído enfermo, es el cuerpo el que pide descanso para recuperarse.

15. Utiliza la cabeza cuando entrenes el cuerpo. No intentes seguir el entrenamiento de un deportista olímpico porque no vas a batir el récord del mundo, piensa que tu no eres profesional y debes correr haciendo un hueco entre el trabajo, familia, amigos y ocio. Busca un plan de entrenamiento compatible con tu vida para mejorar tus marcas y no lleves al cuerpo al límite de lo imposible.

16. Pon un yogur en tu vida. No te hace falta gastar mucho dinero en productos para tus defensas de última generación. El mejor alimento es el yogur natural de toda la vida, preferentemente biológico, si se ha conservado adecuadamente contiene millones de bacterias que ayudan a mantener la flora intestinal y te mantienen a salvo de las infecciones. Otros alimentos "vivos" con bacterias vivas son el kefir, el chucrut o col fermentada y todo tipo de yogures o leches fermentadas tradicionales.

17. No fumes mientras esperas. Que te vamos a decir que no sepas del tabaco. Fumar no sólo destruye los tejidos pulmonares sino que acaba con todas las defensas externas (piel, mucosas, saliva, etc.)  que actúan como barreras naturales frente a las infecciones.

18. Modera el alcohol. El alcohol no aporta vitaminas y se debe tomar con moderación, aunque es cierto que el vino tinto tiene antioxidantes (resveratrol y flavonoides) que ayudan a proteger la salud, no debes abusar pues a mayor cantidad menores son los beneficios. Una cerveza al día o un chato de tinto en las comidas te ayuda a mantener el sistema cardiovascular y las defensas, pero el alcohol de las copas del fin de semana no son un buen desinfectante para tus tejidos.

19. Cuidado con los estimulantes. El café, el té y los refrescos con cafeína inhiben la absorción de nutrientes esenciales, además de suprimir el sistema inmunológico. Es preferible optar por un té verde que tiene muy poca cafeína y aporta antioxidantes protectores del sistema inmunológico.

20. Evita tomar anti-gripales. La mayoría de los medicamentos anti-gripales son una combinación de paracetamol para reducir la fiebre y el dolor y de cafeína para estimular el cuerpo. Si los tomas es porque quieres pasar la gripe fuera de la cama, y esto no es lo que pide el cuerpo, la fiebre y el malestar son los síntomas de que algo va mal, por lo que necesitas descansar, no seguir tu vida.

21. Controla el estrés. El estrés suprime la producción de glóbulos blancos y puede provocar la inhibición del timo. Las células linfáticas de esta glándula y los nódulos linfáticos de todo el cuerpo se desintegran, reduciendo la protección que aportan estas importantes partes del sistema inmunológico. Si el estrés es emocional (pérdida de un ser querido, divorcio, problemas familiares, amigos, etc.) provoca una crisis en el sistema inmunológico mucho más acusada.

22. Elimina los azúcares sencillos. El azúcar y los productos dulces (chocolatinas, cereales azucarados, galletas, bollos, zumos, refrescos, "chuches", etc.) inhiben la capacidad de los glóbulos blancos para digerir agentes patógenos hasta cinco horas después de haberlos ingerido.

23. Olvida los antibióticos. Cada vez hay más abuso de los antibióticos sin receta, lo que está creando súper-bacterias resistente a un medicamento poderoso que ayuda a salvar vidas. No debes tomar antibióticos sin receta médica. Cuando tengas que tomarlo respeta las dosis y la duración del tratamiento para evitar resistencias, toma mucho agua y yogures para colonizar de nuevo la flora intestinal que también ha sido eliminada por los antibióticos.

24. Toma glutamina, este aminoácido es muy popular en el mundo de gimnasio como suplemento para aumentar las defensas cuando se sigue un entrenamiento muy intenso. Se ha visto que se hay una bajada en los niveles de glutamina en la sangre después del ejercicio vigoroso, especialmente cuando se han producido microtraumas, estrés y quemaduras que pueden producir inmunosupresión. Las células inmunitarias tienen una gran necesidad de glutamina por lo que algunos deportistas toman este suplemento para suministrar a estas células cantidad extra y evitar la infecciones. Los estudios científicos con glutamina y deportistas muestran resultados contradictorios, por ejemplo en un experimento con maratonianos la glutamina no afectaba a los niveles de linfocitos después de los 42,195 km. En otro estudio con maratonianos se redujo a la mitad la tasa de infecciones respiratorias comparado con el grupo control sin glutamina.

25. Cuida los carbohidratos, aunque no están en su mejor etapa con las dietas de moda, los carbohidratos siguen siendo esenciales en el menú de los deportistas, una de las razones para seguir tomando energía en forma de carbohidratos está en alimentar al sistema inmune. Las dietas bajas en carbohidratos provocan inmunosupresión. Después del deporte de alta intensidad se liberan hormonas del estrés (cortisol y adrenalina) que provoca una bajada de defensas. Si se sigue una dieta baja en carbohidratos se liberan cantidades mayores de cortisol, mientras que si se recargan los depósitos de glucógeno antes, durante y después de la actividad se reduce la respuesta hormonal al estrés. La clave está en saber elegir, tomar carbohidratos sanos, naturales y ricos en fibras y fitonutrientes como el arroz integral, los panes de levadura madre, las galletas caseras, las frutas, las frutas desecadas, los vegetales y la pasta entera.