Las berenjenas son un clásico de nuestra gastronomía. Nos facilitan multitud de posibilidades y, además de tener un sabor delicioso, combinan muy bien con otros ingredientes. Por ejemplo, entre las recetas más populares, encontramos las berenjenas rellenas con carne picada y queso.
Sin embargo, otras personas optan por las berenjenas fritas, una alternativa igual de exquisita pero que, quizás, no es la más conveniente en lo que a salud se refiere. Veamos a continuación por qué decimos que no es beneficioso degustar este plato.
¿Cuál es el inconveniente de comer berenjenas fritas?
La berenjena contiene 92 gramos de agua por cada 100 gramos de producto. El que es uno de sus valores nutricionales más alabados por aquellos que buscan consumir alimentos ricos en agua, se convierte también en un enemigo si nuestro interés pasa por freírlas.
Esta composición favorece la absorción del aceite y convierte el plato en una bomba de grasas saturadas y calorías. Los alimentos que contienen mucho volumen de agua son los menos indicados para freír precisamente por este motivo, aunque existen algunos trucos para evitarlo.
Por ejemplo, la primera idea es enharinar un poquito la berenjena antes de introducirla en la freidora o la sartén. Al igual que haríamos con el pescado, solo tenemos que pasar el vegetal por un poco de harina, sin huevo ni pan rallado, y a continuación echarlo en el aceite. No pongas la temperatura muy alta, ya que solo conseguirás que se queme por fuera y esté cruda por dentro. Por otro lado, en el momento en el que termines de freírla, es fundamental ponerla inmediatamente sobre un plato cubierto con papel de cocina, para eliminar parte del exceso de aceite.
Recordemos también que este método de cocción está relacionado con el sobrepeso, el aumento del colesterol y los triglicéridos, las patologías cardiovasculares y la aparición de sustancias perjudiciales, como la acrilamida, entre otros.
Otras formas de cocinar la berenjena de manera saludable
Las berenjenas fritas servidas en forma de bastoncitos y recubiertas con azúcar o miel son un aperitivo delicioso, sin embargo, no debemos abusar de él ya que, como hemos visto, no son lo más saludable.
Si queremos aprovechar todos los beneficios de las berenjenas al natural, podemos consumirlas cocidas, en taquitos a modo de ensalada o en su variante más conocida: rellenas y al horno. Aunque nos vengan a la cabeza la carne picada y el queso como acompañantes, hay otras variantes para el relleno: pollo, mix de verduras, pescado e incluso simplemente la propia carne de la berenjena aderezada con especias. ¿El resultado? Un plato rico, bajo en calorías y muy saludable.