Según fuentes de contrastada solvencia, el Ministerio de Cultura, Deporte y Magia estaría preparando un nuevo impuesto que afectaría exclusivamente —al menos en la primera fase de aplicación— a los runners con pisada pronadora.
Según un estudio científico de la Universidad Politécnica de Alpedrete, la forma de apoyar el pie de dichos corredores provocaría un desgaste irregular del suelo, degradándose este de forma desigual y generando un sensible incremento del gasto en el mantenimiento del mismo.
No es justo que los españoles que pisan normal tengan que pagar los desperfectos de los que pisan raro
«No es justo que los españoles que pisan normal tengan que pagar los desperfectos de los que pisan raro», habría dicho el ministro mientras se tomaba unos vinos. La filtración de la medida ha causado un gran enojo en la FAP (Federación de Asociaciones de Pronadores), cuyo presidente ha aprovechado para recordar que «Puestos a ser tiquismiquis, los supinadores son igual o más dañinos que nosotros», palabras que han caído como un jarro de agua fría en la ASUN (Asociación de Supinadores de Nacimiento).
Su presidenta, Asunción Cuesta, ha preferido no hacer declaraciones y se ha limitado a tuitear un GIF en el que aparece una joven afroamericana mordiéndose la lengua. Quien sí se ha pronunciado al respecto ha sido Gigi Gattuso, flamante nuevo presidente de la ARPIBI (Asociación de Runners que Pisan Bien). «Creo que este impuesto es una vergüenza y un ataque intolerable contra tutto il colectivo de runners», ha afirmado, mostrando una gran empatía hacia sus compañeros pronadores.
Hay que reconocer que los pronadores y los supinadores dejan la tierra como si hubiera pasado un rebaño de cabras
Horas más tarde, sin embargo, en declaraciones a un podcast sobre running, yoga y papiroflexia, Gattuso afirmaba que «Aunque estoy en contra del impuesto, hay que reconocer que los pronadores y los supinadores dejan la tierra como si hubiera pasado un rebaño de cabras». Ante la indignación generalizada que han suscitado dichas palabras, Gattuso ha reculado escudándose en una supuesta confusión idiomática: «Siento si he ofendido a alguien. Mi dominio del spagnolo todavía no es completo. Quería decir ovejas».
Polémicas y rifirrafes al margen, tendremos que esperar para saber si la implementación de este nuevo impuesto se acaba haciendo efectiva y, sobre todo, cuál sería el coste económico para los sufridos pronadores. Por el momento se especula que rondaría los dos euros mensuales y que podría venir integrado en la factura de Netflix. Seguiremos informando. @javiergurb