Los beneficios del yoga durante y 
después del cáncer

Descubrimos los beneficios del yoga durante y después del cáncer

Amy Dara Hochberg (*)

"El cáncer te roba el aliento, el yoga te lo devuelve" (Tari Prinster)
"El cáncer te roba el aliento, el yoga te lo devuelve" (Tari Prinster)

Desde el momento en que una persona recibe el diagnóstico médico de que tiene cáncer, se convierte en una superviviente. Cada día luchará e irá ganando pequeñas batallas. El punto de partida suele ser de tensión: primero el golpe de oír que tiene cáncer, las emociones cuando comparte las noticias con sus familiares y amigos, la ansiedad del no saber qué pasará, y los cambios. 

El cáncer y los tratamientos afectan a la salud física y mental, y el yoga alivia la mayoría de estos efectos con una práctica adaptada de asanas (posturas), pranayama (métodos de respiración controlada) y meditación.

Los supervivientes de cáncer no solo sufren durante el tratamiento, sino que además tienen muchos efectos secundarios físicos y psicológicos que pueden perdurar meses y años. Las clases de yoga en grupo tienen un beneficio adicional que los alumnos valoran mucho: formar parte de una comunidad de supervivientes de cáncer en la cual encuentran apoyo, aceptación, y crean lazos que después suelen perdurar. Aquí tienes cinco testimonios de personas que han sobrevivido al cáncer y que han practicado yoga durante y después de su tratamiento. 

Beneficios de la práctica de yoga durante el cáncer

Cada mes se publican más informes y revisiones sobre investigaciones clínicas y científicas que confirman los beneficios de la práctica de yoga en general, y también para los supervivientes de cáncer. Entre los múltiples efectos positivos, las personas con cáncer pueden beneficiarse de los siguientes:

- Fortalece los huesos, los músculos y el sistema cardiovascular

- Aumenta el rango de movimiento y la flexibilidad

- Mantiene la columna vertebral fuerte y mejora la postura

- Calma el sistema nervioso

- Mejora el flujo linfático, lo que fortalece el sistema inmunológico, previene y controla el linfedema

- Proporciona una herramienta para controlar el dolor

- Alivia el miedo y la ansiedad

- Aplaca la fatiga relacionada con el cáncer

- Mejora la imagen corporal y la autoestima

- Promueve un sentido de empoderamiento y de bienestar

(*) Amy Dara Hochberg (E-RYT500) es profesora de yoga para personas supervivientes de cáncer desde 2009. Colabora con Yoga para Cáncer (Y4C) con la profesora y fundadora de "yoga4cancer", Tari Prinster, en sus cursos de formación de profesores de yoga, así como en clases de yoga para personas supervivientes de cáncer, donde promueve la atención plena, la curación y el respeto absoluto del cuerpo, la mente y el corazón.

Amy es una mujer con sordera profunda que habla cinco idiomas. Comenzó su práctica de yoga cuando tenía cuatro años, volviendo de forma regular a este método de curación vital para mantener el equilibrio mental en las pruebas y tribulaciones que ha tenido que atravesar como una persona sorda que ha de integrarse en la sociedad. Aplica un amplio conocimiento académico de la fisioterapia, la anatomía y la fisiología en sus instrucciones de yoga para crear una práctica segura y divertida. A base de Yoga Restaurativo y Vinyasa, sus clases calman y dan energía al cuerpo y la mente y permiten vivir más plenamente, tanto dentro como fuera de la esterilla.

Puedes encontrar más información, clases, vídeos y cursos de formación de Amy en su web: www.amydara.com

Y si eres profesor de yoga y te interesa especializarte en cáncer con Amy, puedes asistir a sus cursos de formación de profesores de yoga para cáncer en Barcelona y Madrid en: www.zentroyoga.com