Mujer contra mujer

La encrucijada de Caster Semenya: medicarse o ser obligada a correr contra hombres

Fran Chico

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Siendo sincero yo también he pensado cuando veía competir a Caster Semenya que lo hacía con ventaja. No podemos negar que su apariencia de hombre hacía parecer que la batalla de esa prueba de mediofondo era desigual cuando no injusta con la atleta sudafricana en la línea de salida.

Pero la vida de Semenya cambio el pasado 26 de abril. Ese día la Federación Internacional publicó los nuevos criterios de elegibilidad para las atletas con altos niveles de testosterona, el cual impedirá a dichas competidoras —como Caster— tomar parte en las pruebas de 400 m, carreras de vallas, 800 m, 1500 m, carreras de una milla y eventos combinados que comprendan esas carreras. En caso de hacerlo, deberán reducir sus niveles por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un periodo continuado de al menos seis meses. La medida también incluye la posibilidad de competir con los hombres. Esta nueva norma de la IAAF entrará en vigor el próximo 1 de noviembre.

A Semenya no le quedado más remedio que recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo, al TAS, acusando a esta medida como “discriminatoria y que viola la Carta Olímpica y los Derechos Humanos”. EN un comunicado la mediofondista africana explicaba que “estaba muy disgustada por haber sido empujada otra vez bajo los focos. Sólo quiero correr de forma natural, de la forma en que nací. No es justo que la gente cuestione quién soy. Soy Mokgadi Caster Semenya, soy una mujer y soy rápida”.

Semenya tendría que optar por medicarse o por competir con los hombres (con los que no tendría ninguna opción ya que se marca personal en los 800 metros, distancia en la que es campeona olímpica, 1’ 55”, está a 12 segundos del récord masculino).

Sinceramente ya ha tenido que aguantar bastantes comentarios sobre su masculinidad para que ahora sea la Federación Internacional la que la marque como diferente y la excluya. Si es mujer, por mucho que parezca un hombre, debe tener todos y cada uno de los derechos de una mujer. Y esto, en mi opinión, está por encima de quién acabe en lo más alto del podio.