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Esta pregunta tiene su razón de ser en una de las dudas que nos planteaba un lector, que decía empezar a sudar muy pronto cuando entrenaba, preguntándose si eso significaba que estaba en peor o mejor forma que la gente que suda menos. Pues bien, a igual nivel de intensidad en un grupo, el que se ponga a sudar antes es probable que tenga una forma física más baja: si andando aumentas el ritmo, trotas suave y ya estás sudando… muy a punto no estás. Sin embargo, dentro del nivel de cada persona, ponerse a sudar pronto es una respuesta del sistema simpático al entrenamiento que refleja una buena adaptación y que consigue empezar a enfriar el cuerpo antes de que adquiera una temperatura demasiado alta para rendir bien.
En personas con sobrepeso el sudor suele aparecer antes, pues por lo general el esfuerzo para llevar a cabo un mismo ejercicio es mayor que el que tiene que hacer una persona delgada, además de que la grasa permite conservar más el calor corporal. Esto no quiere decir que por sudar antes esté en peor forma.
Las personas en forma sudan antes, al llegar a cierta temperatura interna en la que una persona no entrenada aún no suda. También hay que tener en cuenta otros factores, como el grado de estrés o de tensión nerviosa. Haga o no mucho calor, con el estrés muchas personas empiezan a sudar y si esta circunstancia se da en una competición deportiva en la que el resultado puede ser importante y genera estrés, hay un factor más a considerar.
"Para perder peso hay que sudar y sudar"
¡Esa dichosa falsa creencia!
Si piensas que sudar es igual a perder peso o adelgazar, te estás equivocando y estás corriendo el riesgo de sufrir una deshidratación severa. Todos hemos visto alguna vez a alguien corriendo bajo pleno sol con una sudadera, o envolviéndose en una faja de neopreno compresora que "promete" adelgazarte y reducir tu cintura sin hacer nada. Tenemos que dejar de creernos lo que dicen los modelos de los spots televisivos, que por cierto, seguro que no están así de bien por los productos que anuncian, sino por largas horas de gimnasio, dieta…
Muchas veces pretendemos lograr nuestros objetivos de pérdida de peso en el menor tiempo posible y recurrimos a prácticas desaconsejadas pero peligrosamente extendidas tales como usar chubasqueros cuando no llueve, o llevar prendas demasiado gruesas para las condiciones climáticas, usar fajas, neoprenos, y muchos "malos" recursos más que se suelen combinar con ejercicio intenso.
Tal vez se te ha pasado por la cabeza entrenar en horas de máximo calor para sudar en cantidades superiores a lo normal, creyendo que adelgazarás más, o no beber agua para no sentirte hinchado Tienes que saber que todos estos "trucos" son inútiles porque lo único que consiguen son deshidratación y riesgo de sufrir mareos, o golpes de calor. Hay que tener presente que el agua que perdemos durante la práctica de ejercicio físico tiene que ser repuesta para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Entre otras cosas, la pérdida de agua por el ejercicio puede desencadenar calambres musculares y alteraciones en el sistema cardiovascular, metabólico y endocrino. Por eso es tan importante mantener una correcta hidratación que permita que se sude de forma natural, evitando el exceso de temperatura interna y regulando correctamente la frecuencia cardiaca.
¿Y por qué seguimos sudando después de ducharnos?
Terminamos el entrenamiento, la sesión de fitness o el partido y nos vamos a la ducha con cara de satisfacción y pensando… “que bien una duchita, me quito el sudor…” y cuando terminas de ducharte descubres que al ponerte la camiseta sigues sudando. Pero, ¿por qué ocurre esto?
Hay gente que opina que es bueno ducharse con agua fría para evitarlo y otros afirman todo lo contrario, que el agua caliente también es efectiva. Lo cierto es que ambos planteamientos son erróneos. Os voy a explicar por qué.
Cuando terminamos un entrenamiento, partido, etc., nuestra temperatura interna es más elevada de lo normal. Si nos duchamos inmediatamente después de esa actividad con agua caliente, no estarás ayudando a tu organismo a perder el calor interno acumulado, sino más bien todo lo contrario. Por eso al secarte, vuelves a sudar. Tu cuerpo necesita eliminar ese calor acumulado.
Si eres de los que prefieres la ducha fría para evitar que te pase esto, ya habrás podido comprobar que no se consigue evitar el sudor de después de la ducha. Esto se debe a que con el agua fría se produce una vasoconstricción en los vasos sanguíneos de la piel, es decir, se cierran por el efecto del frío y evitan que el calor pueda salir al exterior para regular la temperatura interna. Cuando el cuerpo recupera su temperatura, comienza de nuevo a sudar para eliminar el exceso de temperatura interna.
Si quieres evitar los sudores postducha lo que tienes que hacer es realizar una buena vuelta a la calma y evitar ducharte nada más acabar el ejercicio. Así le darás tiempo a tu cuerpo a que vaya recuperando la temperatura normal en estado de reposo y acabaras con la sensación de no poder secarte nunca. Si sueles tener prisa después de entrenar lo mejor entonces es que te duches con agua templada y apliques el chorro durante unos minutos sobre cuello, inglés y muñecas, para ayudar a recuperar la temperatura normal.