Cada vez es mayor el número de mujeres que sufren un infarto, con el agravante de que las mujeres tenemos un 50% menos de probabilidades que los varones de sobrevivir.
El corazón de las mujeres es diferente al de los hombres, no sólo en cuestión de amor, también de enfermedad. Durante nuestra etapa fértil, se encuentra protegido en cierta medida por los estrógenos, pero nuestra esperanza de vida se ha alargado y ahora vivimos muchos más años de etapa no fértil.
Cada vez es mayor el número de mujeres que sufren un infarto, con el agravante de que las mujeres tenemos un 50% menos de probabilidades que los varones de sobrevivir.
El corazón de una mujer "sufre" de forma diferente, y los síntomas son atípicos y de difícil diagnóstico, como náuseas, dolor abdominal, ardor en la zona del estómago o en el pecho, dolor de espalda, sudoración excesiva, insomnio y ansiedad, o cansancio acusado.
Un 43% de las mujeres que sufren un infarto de miocardio no han notado el "clásico" dolor en el pecho que se extiende hacia el brazo izquierdo, típico del infarto en hombres. El problema es que resulta complicado ir a urgencias cuando notas síntomas que pueden ser consecuencia de una gripe o de que estás muy cansada. Pues más vale pasarse de prudente. Si notas uno o varios de estos síntomas y no mejoran, has de acudir al médico.
Las probabilidades de supervivencia de un ataque cardiaco aumentan al 23% si se trata adecuadamente en las 3 horas posteriores y al 50% si se trata antes de que transcurra una hora desde que se ha producido.
Hasta ahora, las mujeres con problemas cardiacos recibían el mismo tratamiento que los hombres y se pensaba que los síntomas de infarto eran los mismos; pero en lo que a nuestro corazón respecta, estas son las principales diferencias:
Dierencias más habituales en los casos de infarto entre hombres y mujeres
1. No vamos al médico. Los hombres acuden a urgencias al primer pinchazo o dolor torácico o del brazo izquierdo. Las mujeres ignoramos los síntomas, pensamos que tenemos gases o gripe, y frecuentemente llegamos al médico demasiado tarde.
2. No conocemos nuestra herencia. Las mujeres no suelen estar preocupadas porque sus padres hayan padecido o muerto por alguna enfermedad cardiaca, porque no se nos advertía de que nuestro corazón también puede enfermar.
3. Echamos la culpa a las emociones. La mayoría de las mujeres con enfermedad cardiaca ignora los avisos del corazón, pensando que el problema es que estaban estresadas o en una mala etapa.
4. Si no estoy gorda, no hay problema. Los problemas cardiacos pueden aparecer en personas con peso normal, activos y jóvenes, cuando puede ocurrir a cualquier edad. Revisa tu presión sanguínea, un 28% de las mujeres tiene hipertensión y no lo sabe. Si tu presión arterial está alta, sigue un tratamiento, haz deporte, apúntate a yoga y deja el té y el café.
5. Hemos sido ignoradas por la ciencia. Hasta hace poco los estudios con medicamentos para el corazón se han hecho exclusivamente con hombres, por lo que se han utilizado los mismo medicamentos para tratar a las mujeres con enfermedades cardiovasculares. Un error que puede ser el responsable de que la mortalidad femenina sea mayor (las mujeres tenemos un 50% más de probabilidades de morir durante el año siguiente a un ataque cardiaco que los hombres).
6. Cuidado con la píldora. Los anticonceptivos orales pueden provocar hipertensión, aumento de los niveles de glucosa y mayor riesgo de coágulos, y representan un mayor riesgo cardiaco para las mujeres, en especial, para las mujeres fumadoras.
7. Somos complicadas de diagnosticar. Las mujeres tienen más riesgo de desarrollar enfermedad coronaria microvascular, que afecta a las paredes de las arterias más pequeñas. Hasta hace poco no se "miraban" estas zonas en las revisiones en mujeres y no hay muchas pruebas de detección eficaces.
Más información sobre el infarto femenino en la Sociedad Española del Corazón.