Hemos sido unos 300 los ciclistas, entre ellos el medallista olímpico Carlos Coloma, los que hemos concentrado con el objetivo de demostrar nuestro rechazo al Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama que en la práctica va a prohibir el uso de la bicicleta en estos montes.
Creo que todos los que montamos en bici de montaña amamos la naturaleza (de hecho, es una de las principales razones para practicar este deporte) y, aunque sólo fuera por egoísmo, porque nos encanta este deporte y queremos seguir haciéndolo nosotros y luego nuestros hijos, somos los primeros interesados en su conservación.
A mi molesta especialmente cuando se habla de este tema en la televisión y se contrapone la versión de un ecologista y la de un ciclista. ¿Pero dónde reparten los carnets de ecologista? ¿Es que es incompatible ser ciclista y ecologista? Habrá gente que tenga el mismo interés es que la Sierra de Guadarrama siga siendo un paraíso natural pero más no.
¿Son los que hacen deporte los enemigos del Parque? Por supuesto que hay gente que hace un uso exagerado abriendo nuevos caminos pero de verdad, y soy un usuario habitual, es absurdo pensar que la gente que va en bici (que no son pelotones como los del Tour, que hay muchos días que estoy dos horas por el monte y veo tres o cuatro ciclistas) vayan a ser la causa de que nuestro hijos y nietos no puedan heredar este tesoro natural.
Lo que se ha hecho con el Plan Rector es lo más fácil, la especialidad de nuestro país: prohibir. Es lo más fácil, lo que menos trabajo da, incluso aunque en este caso los reguladores sean conscientes de que para controlar que se cumplan esas normas será necesario un verdadero ejército de agentes forestales subidos a “ecológicos” vehículos a motor listos a solucionarlo a base de multas (esperemos que con papel reciclado). Yo sigo pensando que es mucho inteligente dedicar el tiempo a que la gente ame el monte, que se acerque, lo disfrute, lo valore, y se conviertan en defensores activos. Y a esto se dedica poco tiempo y todavía menos dinero.
Muy triste es que mientras por un lado los políticos se harten a decir que la bici es el vehículo del futuro por otro sean incapaces de ponerse de acuerdo para cerrar la ley que nos proteja cuando circulamos por carretera y luego nos prohíben hacerlo en la naturaleza. Será el vehículo del futuro pero porque sólo se va a pedalear cuando sea posible hacerlo en Marte…