En estos días están corriendo los ríos de tinta con archifamoso reto de Nike cuyo objetivo es bajar de las dos horas en maratón. Hay quienes creen que es una utopía, quienes lo ven como un banco de experimentos para poder hacerlo dentro de una década o más o quienes simplemente creen que es una campaña publicitaria. En mi opinión hay un poco de todo. Por un lado veo complicado bajar casi tres minutos la actual plusmarca de Dennis Kimetto aunque estoy convencido que Kenenisa Bekele le raspará unos segundos en Londres a poco que no tenga problemas. Por el otro sé de buena tinta que están trabajando muy duro para conseguirlo y que no han descartado ningún campo (nutrición, entrenamiento, material, psicología) del que puedan limar segundos al crono. Evidentemente quien pone la pasta, Nike, está en su legítimo derecho a pedir rédito y a sacar tajada, bastaría más.
Como esto es un blog de material mi enfoque versará sobre el material a utilizar por los atletas elegidos para el reto pero desde un enfoque distinto. Por ahora solo sabemos lo que Nike ha querido contarnos sobre sus zapatillas VaporFly Elite. De entrada todos nos quedamos boquiabiertos al ver que tenía un perfil de media suela altísimo (31-21) que por ejemplo es muy similar al que gasta una Asics Nimbus. Estábamos en eso de ir bajando el perfil cada vez más y resulta que para el reto más difícil todavía nos dan a probar con semejante “cacharro”. Ídem de lo mismo con el dropp que para la ocasión es de 10 mm. Increíble.
Tras el espanto inicial comprendimos que si alguien saber jugar con los tiempos y la información es Nike. En aquella primera presentación casi que nos dio la risa pero desde luego que fueron noticia. Poco a poco hemos ido conociendo el porqué de ese perfil tan inusual y de esa estética que parece sacada de una futura remasterización de Regreso al Futuro. Resulta que esa media suela es así porque en su interior esconde una placa de fibra de carbono inclinada unos grados que aumenta la eficiencia de los atletas y según palabras de la marca “les proporciona la sensación de estar corriendo cuesta abajo constantemente”.
Y EN ESTO LLEGÓ LA POLÉMICA
Por si al reto le faltaba algo cuando se dio a conocer la herramienta para batirlo surgió la polémica, real o alimentada por la propia marca, sobre si la VaporFly Elite supone lo que se conoce como dopaje tecnológico. La placa de carbono debajo del pie ejerce un efecto catapulta que según estudios ahorra a los atletas hasta un 4% de consumo de oxigeno. ¿Demasiado?
En el mundo de la publicidad no hay nada como la polémica para vender y desconocemos si ha sido la IAAF la que anda buscándole las cosquillas a Nike o éstos los que han hecho correr la noticia. Sea como fuere ahora sí todos estamos expectantes respecto a las zapatillas de Nike. Objetivo conseguido.
¿LEGALES O ILEGALES?
Lo cierto y verdad es que la normativa de la IAAF sobre el material es un tanto ambigua cuando no sencillamente inexistente pero hay datos que cantan por si mismos. Según estimaciones de Nike la Vaporfly Elite devuelven al atleta el 85% de la energía empleada mientras que lo más cercano que ha estado la competencia es entorno al 70% de Adidas con su última versión del Boost empleado por Wilson Kipsang en Tokyo. Ciertamente con números en las manos, y hasta que se demuestre lo contrario, correr con el modelo de Nike es ventajoso.
¿VENTAJOSO ES ILEGAL?
En mi opinión rotundamente NO. ¿Acaso no estamos hablando de simplemente de un mejor aprovechamiento de la energía que el atleta ya ha generado? Es como si a Yelena Isinbayeva ahora le quitaran los records por haber utilizado pértigas más firmes que su rivales. Evidentemente lo ha hecho y por su capacidad de doblar lo que sus rivales no eran capaces es la reina. No estamos hablando de unas prótesis como las de Oscar Pistorius que multiplicaban su fuerza para hacerlo correr en unos tiempos que solo con su porte físico ya se advertían como imposibles sino de unas zapatillas que simplemente frenan en buena parte el derroche de energía que el atleta padece al correr y ojo, porque todavía quedaría un 15% de margen.
Señores difícilmente seremos más fuertes y capaces de lo que ya hemos sido porque incluso se advierte que al ser nuestras condiciones de vida más favorables físicamente ya no tenemos tanta exigencia. Lo que sí, y aunque alguno muestre lo contrario, cada vez somos más inteligentes y ahora comienza la carrera por aprovechar mejor lo que nuestro físico da de si.
Por Fernando Chacón gerente de Emotion Running Sevilla (www.emotionrunning.com)