En las últimas décadas el sector del fitness ha experimentado un aumento espectacular en cuanto a número de usuarios, nuevas tendencias, máquinas más sofisticadas, etc. Sin embargo, a pesar de ello, cuando acudimos al gimnasio, todavía podemos ver gente realizando ejercicios que destacaron, hace ya más de 30 años y eso está muy bien (o no, depende de cada persona) pero de vez en cuando conviene actualizarse e introducir gestos nuevos que nos pongan a prueba.
Si nos fijamos en los clásicos ejercicios analíticos, centrados en un único músculo o incluso en una pequeña porción de un músculo, veras que el objetivo de las personas que los diseñaron seguramente sea muy diferente al tuyo. Sabemos que los clásicos se llevan realizando “toda la vida" y que han producido cambios y logros en muchos de sus precursores, como el famoso Arnold, 7 veces campeón de Míster Olimpia y protagonista de un gran número de películas. Pero antes de copiar todos sus ejercicios debemos analizar el objetivo de sus entrenamientos y de ese modo entenderemos mejor su metodología, de la que hemos heredado muchos de los fallos que se producen hoy en día en multitud de salas de fitness. En la década de los 70 y 80 se buscaban cuerpos voluminosos y con grandes músculos, el culturismo marcaba la tendencia de los que acudían al gimnasio, no importaba demasiado la técnica, sino la cantidad de kg que podíamos levantar o mover. Sabemos que esos ejercicios han funcionado, si entendemos que el objetivo, en la gran mayoría de los casos era meramente estético. Pero, gracias a los avances científicos, estudios electromiográficos y a la formación de los profesionales de la actividad física y el deporte, también sabemos que muchos de esos ejercicios no tienen el fundamento necesario como para seguir siendo protagonistas en la mayoría de planes de entrenamiento.
Tal vez estéis pensando que si se ha hecho durante toda la vida, es porque funciona. Al movilizar cargas elevadas, evidentemente se producen cambios en nuestro cuerpo y los resultados se evidencian notablemente, sin embargo, en muchas ocasiones debemos pagar un peaje al realizarlos y ese coste no se manifiesta inmediatamente, sino que nos pasará factura más adelante, repercutiendo en nuestra salud muscular y articular. Debemos buscar entrenamientos, ejercicios y rutinas que provoquen mejoras en todo nuestro organismo y que eviten el riesgo de lesión o descompensación muscular y en definitiva, entrenamientos que fomenten nuestra salud, ahora y en el futuro.
Ojo, no quiero decir que no podamos volver a realizar ningún ejercicio analítico. Todo en su concepto y en su momento, nos ayudará a mejorar, pero si tu entrenamiento sigue siendo el clásico, donde todos los ejercicios se hacen intentando aislar cada músculo o grupo muscular al máximo, en rutinas divididas, va siendo hora de dar la bienvenida al entrenamiento funcional, con ejercicios multiarticulares que impliquen a los grandes músculos. Gracias a eso obtendrás mayor gasto metabólico, trabajo de coordinación intramuscular, mayor transferencia a las disciplinas deportivas… algo que no pasa en el entrenamiento analítico. Yo lo tengo claro, ahora elige tu que entrenamiento es mejor para ti.
VS
Ahora, compara las fotos y se sincero/a… ¿Cuál de los ejercicios te parece más exigente? ¿Con cuál crees que podrás ponerte más en forma? ¿Con cuál te quedas? Yo lo tengo claro, que cada uno/a elija el suyo y sobre todo, disfrutemos de nuestro entrenamiento. Feliz fin de semana deportivo a tod@s Sportlifer@s.
Fotografía: Cesar Lloreda