Javier Lázaro, 50 años, Madrid, periodista deportivo, de 95 kg a 75 kg en 1 año, estable desde hace 1 año
“Siempre me ha gustado seguir la información deportiva y hacer deporte. El problema llega cuando el trabajo te lleva a tal ritmo que te abandonas, primero un poco, luego bastante, luego mucho y terminas por no preocuparte nada de mover el esqueleto. Llega un momento en que cuando te levantas por la mañana te duele todo y de pronto te ves en una foto y dices ‘ese no soy yo’. Pero sí, era yo, con más de 90 kilos, casi 20 por encima de lo que debería tener.
Verte como el abominable hombre de las nieves es una gran motivación para decidir cambiar tu vida. Yo no sabía nada de métodos de entrenamiento, de combinar fuerza y cardio, y empecé a correr, poco a poco, cosa que había hecho ya de joven. En un mes hice la locura de correr el maratón de Madrid, cosa que logré en 4h 45, entrenando 30 minutos, 5 días a la semana, otro día de 1 hora de tirada larga y otro día de descanso. Empecé a entrenar con el grupo de entrenamiento de Mapoma, y fui adelgazando poco a poco a base de correr bastante y comer menos (el dulce me pierde y ese es el problema). Pero nunca me ponía fino, hasta que el nutricionista triatleta, Carlos Aznar, me explicó que si entrenas mucho pero comes como un cerdo serás eso, un cerdo entrenado, ni más ni menos. Y ahí cambió mi vida, en 6 meses perdí los 10 kilos que me faltaban.
Sobre todo porque empecé a hacer las cosas con método, con personas expertas, sin dieta, siguiendo una alimentación deportiva correcta. Lo más duro fue el primer mes sin azúcar, parecía un zombi sin fuerza, desplazándome como un alma en pena por la calle. Aun así, iba al gimnasio y hacía clases de ciclo como podía. Empecé a combinar fuerza con cardio y ahora ya me he dado cuenta que es mejor hacer unas pesas o un HIIT con un poco de ciclo o de natación que pasarse dos horas corriendo o pedaleando”.
Consejos que me van bien:
- Combinar diferentes tipos de ejercicios y deportes. Me va muy bien hacer 20 minutos ‘a saco’ en el gimnasio de HIIT (20’’ a tope y 10’’ de descanso) y, otro día, 1 hora de cardio suave corriendo, nadando o en bici.
- Desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo, poco y muy pronto.
- Pesarme a diario y llevar una hoja de Excel con los datos de kilos, grasa, músculo, etc. Hace un año que lo hago desde que leí la historia de un chico que había adelgazado así. Me funciona porque he aprendido a deducir lo que me va bien y mal según lo que indica la báscula.
- Me va muy bien la natación, me parece un deporte extraordinario que te pone fuerte, trabajas el corazón y dejas pocos músculos sin trabajar. Hace poco leí un informe en ‘American College of Sports Magazine’ que dice que los nadadores habituales son biológicamente 20 más jóvenes que su edad real, y me parece muy cierto.
- Creo que comemos más de lo que necesitamos, Ya hace tiempo que no como dos platos al mediodía, e intento tomar alimentos naturales, no productos elaborados.
- No es difícil llevar una alimentación correcta, pero sí que es muy bueno que todos pasemos por las manos de un nutricionista para aprender a comer correctamente, especialmente si hacemos deporte.
RETO
Un triatlón de distancia sprint y, con tiempo, uno olímpico. Ya he hecho duatlones y me han encantado, aunque tengo que controlarme para dejar fuerzas para el final, porque lo doy todo y la carrera a pie final es durísima sin fuerza.
No soy persona de grandes retos, me gusta más entrenar que competir. Hacer deporte me da la vida, hay días que me apetece y no puedo salir aunque sea un ratito a correr y me subo por las paredes. A veces pienso que tengo una enfermedad que solo se cura haciendo deporte. Ojalá cuando sea un abuelito cascarrabias pueda seguir saliendo a hacer deporte. Un homenaje a mi padre, Francisco, como el Papa, que con 80 años sale una hora y media o dos a andar cada mañana. Y si llueve mucho hace bici en casa. Pues eso, que yo de mayor quiero ser...como mi padre.
