Si aún sigues dudando de las "lesiones" deportivas que te puede generar el sol, y los daños a largo plazo sobre la salud de tu piel, te dejamos más datos en este artículo. Para evitarlo, ¡sigues las recomendaciones que te dejamos aquí!
Casi todos hemos interiorizado la idea de que debemos protegernos del sol ¡¡¡siempre!!! Ya sea verano o invierno, y no solo cuando vamos a la playa o a la nieve, sino todos los días y sobre todo cuando salimos a entrenar al exterior, ¿pero tenemos claro qué protector elegir, para qué y por qué? ¡Resolvemos tus dudas!
Los 5 pasos para elegir el protector solar del deportista
Paso 1: evalúa si vas a sudar mucho
Una sudoración intensa como la que se produce durante una práctica extenuante de ejercicio en el exterior con mucho calor, influye y mucho en la efectividad de tu protector, ya que puede inhibir la capacidad de la piel para absorber algunos de sus componentes, como pueden ser los filtros solares. Por eso es importante que busques un protector especialmente diseñado para la práctica deportiva.
Paso 2: piensa si vas a exponer zonas sensibles como orejas, nariz, cicatrices, labios o rostro mucho tiempo, una crema para todo no siempre vale
Tres deben ser tus cremas principales: cuerpo, rostro y labios. La piel del rostro y la de los labios es mucho más fina y delicada y por sus particularidades venden protectores específicos para estas zonas que se ocuparán de aportar la protección que sus estructuras necesitan. Además, si eres muy rubio, deberás usar un protector para el cuero cabelludo y si eres de pelo largo y vas a pasar mucho rato entrenando al sol, hazte con una buena mascarilla capilar y póntela durante todo tu entrenamiento, verás que los efectos del sol sobre tu pelo se atenúan mucho. También hay que tener en cuenta a las cicatrices, venden barras de crema especiales de alta protección para aplicar directamente sobre ellas.
Paso 3: ¿Tu deporte es acuático?
El agua refleja una parte muy importante de la radiación solar, por lo que nadadores y surferos tienen que buscar protectores que les garanticen una elevada resistencia al agua, es decir, aquellos que hayan mostrado una mayor capacidad para permanecer en la piel tras un tiempo elevado en remojo. También deben acordarse de reaplicar en cuanto tenga un momento. Water Resistant versus Water Proof, aunque parezcan lo mismo no lo son, el primer caso aguanta 40 minutos de inmersión en agua, mientras que el segundo asciende hasta 80 minutos.
Paso 4: Conoce tu fototipo de piel, no es lo mismo ser rubio que moreno
Es importante que conozcas qué fototipo de piel tienes para elegir el Factor de Protección Solar (FPS) recomendado. El fototipo es una clasificación de las pieles según su grado de melanina, pigmento que produce el bronceado. De esta forma, el fototipo 1 se asigna a las pieles muy claras y que necesitan factores muy altos, y el fototipo 6 se asigna a pieles oscuras que precisan factores bajos. Entre el 1 y el 6 encontraremos los distintos tipos de piel. Es importante conocer cuál es nuestro fototipo puesto que indicará el FPS que debemos utilizar. La mejor forma es consultando en la farmacia, pero por lo general si tienes la piel muy clara tu factor ideal será el de 50 FPS y si eres muy moreno podrás oscilar entre 30 y el 20.
¿Cuándo empieza el daño?
Para que te hagas una idea de la importancia de la protección solar, el tiempo máximo que los expertos recomiendan estar sin protección tomando el sol un día de radiación UVI baja y en invierno es de solo 80 minutos para las pieles claras y de 110 para las oscuras, ¿te parece poco, verdad? ¡Seguro que has hecho rutas en bici bastante más largas y sin llevar protección! Pues con estas cifras te haces una idea de lo temprano que tu piel comienza a recibir daños, que puedes paliar en este tipo de días de forma fácil con un SPF de 15 en pieles claras y de 8 para oscuras. En días de verano de alta radiación, bastante habituales en nuestro país, los daños en pieles claras comienza pasados solo 15 minutos y 25 en oscuras, en estos casos la recomendación es de 50 SPF para ambas.
Paso 5: busca un formato que se adapte a tu deporte
El formato no influye en el nivel de protección (que depende de sus filtros y componentes activos), pero si hace que unos protectores se adapten más que otros a tu actividad: que sea resistente al sudor y al agua y que se absorba muy rápido, a la vez que se adapte al tipo de piel (mixta, seca o sensible) suele ser los criterios a tener en cuenta. Para los deportistas la opción más práctica es la de espray transparente ya que se absorbe muy rápido y casi no deja residuos sobre la piel que molesten a la transpiración, además no necesita extenderse y suelen ser resistentes a agua y sudor.
Y ahora… ¡descifra su idioma!
1. SPF/FPS, son las siglas en inglés y español de Factor de Protección Solar, fue establecido por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU, y lo que indica es el tiempo que una persona incrementa su factor natural de protección frente a la radiación (15 veces, 50 veces, etc.), así una persona de piel clara que ante la máxima radiación se quemaría en 15 minutos, al usar un factor 30 estaría incrementando este tiempo de seguridad hasta 30 veces.
Como esta escala generaba confusión, la legislación europea decidió en 2007 simplificarla a partir de una escala de protección de baja protección (SPF 6 y 10), media (SPF 15, 20 y 25), alta (SPF 30 y 50) y muy alta (50 ). Actualmente mantienen en los envases las dos escalas para mayor claridad.
2. UVB/UVA, son los rayos ultravioleta que penetran la capa de ozono y afectan a los seres vivos. Mientras que los UVA llegan a la dermis e hipodermis, los UVB solo penetran en la epidermis, pero sus efectos son acumulativos con el paso del tiempo y causan el 90% de los melanomas y otros tipos de cáncer de piel. El SPF informa del nivel de protección frente a los rayos B, para los A no hay una medida estandarizada pero la UE recomienda que el filtro para los ultravioleta B sea tres veces mayor a los del A (por ejemplo, si el SPF de los B es de 30, la protección frente a los A deberá ser de 10).
3. Persistencia sobre la piel, su capacidad de mantenerse sobre ella a pesar de fricciones, baños, sudoración, etc.
Lo que no aparece en el frasco: los tipos de filtros, los filtros son lo más importante de la composición de los protectores ya que son los encargados de generar “la barrera”. Fundamentalmente hay dos tipos, físicos (actúan como barrera física reflejando y filtrando el 99% de la luz y rayos UV. Los más comunes son el óxido de zinc y el dióxido de titanio) y químicos, filtran y disminuyen la radiación que llega a la piel por absorción. Lo común es la composición sea una mezcla de filtros físicos y químicos tanto para incrementar la eficacia como para evitar riesgos de intolerancias.
Consejos cedidos por Eva Fernández, product manager de Ladival, y otras fuentes