La base de tu entrenamiento... ¡Está en los pies!

Incluso en personas sedentarias, las cargas y el desgaste recibidos por los pies son muy elevados, pero en la práctica deportiva resultan mucho más altas. Así que no hay excusas, ¡los deportistas debemos cuidar nuestros pies con especial mimo y en muchas facetas!

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La base de tu entrenamiento... ¡Está en los pies!
La base de tu entrenamiento... ¡Está en los pies!



¿Cómo es nuestro pie?

El  pie es una compleja estructura, la que más ha necesitado evolucionar de toda nuestra anatomía. Tiene dos grandes funciones: soportar grandes cargas y proporcionar propulsión con estabilidad dinámica.

Está formado por un total de 26 huesos dispuestos en forma de arco. En la parte posterior, la zona del tarso, se encuentran los huesos más fuertes y grandes, ya que en ellos descansa la mayor parte del peso corporal. A medida que se continúa el pie, los huesos se hacen más pequeños para permitir una movilidad mayor. Bajo la gruesa piel de la planta y de las capas de tejidos grasos situados bajo ella, que le proporciona amortiguación y protección, se encuentran resistentes tiras musculares que protegen los vasos y los nervios de la planta.

La piel de la planta cuenta con un número especialmente alto de glándulas sudoríparas: en un centímetro cuadrado existen aproximadamente 360. Por eso es imprescindible elegir un calzado específico a nuestro deporte y que transpire para evitar la proliferación de hongos.

La sudoración es un mecanismo necesario para la refrigeración de nuestro cuerpo, más aún cuando hacemos deporte y se eleva nuestra temperatura corporal. Pero nuestros pies están frecuentemente "encerrados" en calzado que evita que esa humedad se evapore, lo que nos obliga a extremar los cuidados. Un exceso de sudoración, bien por práctica deportiva o por "hiperhidrosis" puede provocar una maceración de la piel (se pone "blanda" y blanquecina). Cuando se produce este proceso, la piel se debilita y está expuesta a la colonización por distintos agentes patógenos como hongos y bacterias. Por eso son tan comunes entre corredores las infecciones bacterianas y patologías como "pie de atleta".

Para ayudarnos a prevenir y escapar de este “trance" para muchos deportistas, existen algunos productos específicos desodorantes y antitranspirantes. Saltratos, una marca de las más veteranas especializadas en el cuidado de los pies, ofrece una completa gama de opciones que incluye polvos desodorantes que absorben el sudor de la piel y la mantienen seca. También cuentan con un spray desodorante y antitranspirante de muy fácil aplicación con propiedades suavizantes, astringentes y antisépticas gracias al extracto de sauce blanco que incorpora en su fórmula. Ambos productos se pueden aplicar en los pies y el calzado.

Para complementar tus masajes Saltratos también te propone una crema Balsámica tonificante y relajante que suaviza la piel y que consigue “liberar" los pies tras someterlos a altas intensidades. Un gran truco: favorece el riego sanguíneo y la acumulación de líquidos con masajes ascendentes y colocándolos en alto después de tus actividades deportivas.

¡Y no te olvides de lo esencial! Usar unas zapatillas específicas para tu deporte, no estrenar calzado el día de una competición o visitar regularmente al podólogo son otras de las claves para evitar alteraciones mecánicas en tus pies.

Ejercicios para unos pies en forma

Para terminar de cuidarlos y para que puedas seguir “echándoles" kilómetros, te proponemos un plan de ejercicios para entrenar tus pies y que ayudará a prevenir lesiones en la planta y en el tobillo.

 

 

1. Dedos arriba, dedos abajo. Tonifica tus flexores y extensores de los dedos llevándolos los más arriba y luego lo más abajo que puedas. Intenta dejar fijo el tobillo.

 

 

 

 

 

 

2. Dedos separados. Lleva los dedos lo más lejos posible lateralmente unos de otros, el gordo hacia dentro y el pequeño hacia fuera, verás que parece simple pero cuesta.

 

 

 

 

 

3. Equilibrio a una pierna. Cuando te quedas apoyado sobre un solo pie, este realiza movimientos hacia fuera y dentro para compensar el equilibrio. Mantén un minuto de elevación sobre cada pierna.

 

 

 

 

 

 

4. Acercar toalla. Por medio de extensiones y flexiones de los dedos intenta acercarte una toalla que está en el suelo.

 

 

 

 

 

 

 

5. Pisando la bola. Apoya la planta de tu pie sobre una pelota de tenis o una bola de dimensiones similares y desplázala por toda la extensión de la misma.