Un simple análisis de sangre aporta mucha información que puede ayudarte a mejorar tu rendimiento deportivo. Te contamos en qué debes fijarte para dejar que el deporte corra por tus venas□.
El control biomédico mediante analíticas (de sangre o/y orina) es una prueba sencilla que muchas veces los deportistas subestimamos precisamente por su sencillez. No obstante, proporciona información fundamental que mejora las posibilidades de averiguar estados deficitarios, alteraciones bioquímicas, control de fatiga aguda o crónica, aparición de enfermedades o simplemente nos da la posibilidad de estudiar nuestro estado basal de salud.
Los estudios biomédicos son primordiales para cualquier nivel de práctica deportiva: desde los básicos controles del reconocimiento médico deportivo para evaluar el estado de salud antes de comenzar la actividad hasta el control exhaustivo de la fatiga de un deportista profesional.
¿Los rangos saludables son los mismos para los deportistas?
En general, los parámetros analíticos vienen determinados por el laboratorio de referencia y no son muy diferentes respecto a la población general cuando el deportista se encuentra en estado de reposo. No obstante, en las personas activas pueden existir importantes variaciones tras una actividad intensa o una competición, especialmente en la bioquímica. Precisamente por eso, es importante que los resultados sean siempre analizados por un médico que conozca las circunstancias concretas de cada persona, para establecer los valores óptimos y los valores “alerta”.
Algunos datos anormales en un deportista pueden ser consecuencia del estrés metabólico causado por la actividad física o el momento de la temporada. Otros, sin embargo, constituirían un elemento de alerta para el deportista acerca de su capacidad de recuperación de los esfuerzos agudos o crónicos, o de su estado de salud.
El especialista debe evaluar los resultados en función del momento de la temporada, el día que se toma la muestra y las exigencias pasadas y futuras para el deportista. Como consecuencia, pueden ser necesarios cambios en la alimentación, el estilo de vida, los entrenamientos, suplementación, etc.
Entre otros valores que se ven influenciados por los entrenamientos y las competiciones, la valoración de la enzima CK pude resultar "normal" 3, 4 o 5 veces sobre lo normal en población deportista tras un esfuerzo. También son normales ligeros aumentos de enzimas hepáticas, descensos de testosterona o aumentos de cortisol (hormona del "estrés"). Sin embargo, estos valores deben normalizarse en 72 h; si no es así, denotarían una capacidad menor de recuperación.
¿A qué valores debemos estar atentos?
Todos los valores reflejados en una analítica "estándar" son importantes para un deportista. No obstante, en una situación normal, los datos que el médico solicita para la analítica de un deportista son mayores que para una persona sedentaria o con poca actividad. Además, las exigencias para algunos parámetros deben ser más estrictas en el caso del deportista.
Todos los parámetros relacionados con el metabolismo del hierro son básicos en el control del deportista. En muchas disciplinas deportivas, sin duda alguna en las aeróbicas, valores bajos o incluso en el límite, pueden determinar un rendimiento por debajo de lo posible según su capacidad y entrenamiento. Por tanto, en primer lugar la medición de hemoglobina, así como los depósitos de hierro (ferritina) deben ser primordiales.
El análisis bioquímico enzimático nos revelará cómo puede afectar la actividad física a nuestros músculos y al hígado, fundamentalmente. Valorar enzimas musculares como la CK-MB es primordial para controlar la fatiga aguda o crónica, aunque es conveniente hacerlo dentro del contexto del entrenamiento o competición, para evitar caer en errores de importancia.
- La valoración hematológica es imprescindible en todos los casos.
-El análisis hormonal se utiliza frecuentemente, ya que se ha descrito como una forma de controlar la fatiga crónica. Estas afirmaciones se encuentran habitualmente en entredicho y es conveniente encuadrarlo en un análisis evolutivo e individual del deportista.
- Otros parámetros a controlar son algunas vitaminas, ácido fólico, colesterol, triglicéridos, iones, etc.
- El estudio de la función renal debe incluirse en cualquier analítica básica. La malfunción del riñón, por su importancia en el mantenimiento de elementos tan críticos como el pH de la sangre, los niveles de iones, o la eliminación de productos de desecho, determinaría en algunos casos una contraindicación de la práctica deportiva.
¿Cuándo debemos realizarnos una analítica?
Antes de comenzar la temporada, tras haber descansado al menos unos días. Este análisis nos va a servir para contar con unos valores de referencia. Durante la temporada se realizarán otros controles en función del criterio de los médicos y de los ciclos de entrenamiento, de los parámetros concretos y de las situaciones a las que se enfrente un deportista.
Es conveniente realizar también controles seriados antes de determinados ciclos de competición o entrenamiento, que nos ayudarán a ajustar descansos, sesiones, controles nutricionales y antropométricos, etc.
Es importante atender a las sensaciones del deportista y no demorar un control biomédico (con el descanso previo adecuado) cuando apreciamos una sensación de fatiga anómala. Pide una analítica cada vez que te encuentres “demasiado cansado”. No deberíamos esperar a la aparición de un síndrome de fatiga crónica para realizar controles que ya podrían llegar demasiado tarde.