"No contaba con que la salud me respetara para poder hacer otra vez el maratón de Nueva York”.

La gran lección de Ramón Arroyo: "No todo no es posible en esta vida pero somos capaces de conseguir mucho más de lo que creemos"

Fran Chico

"No contaba con que la salud me respetara para poder hacer otra vez el maratón de Nueva York”.
"No contaba con que la salud me respetara para poder hacer otra vez el maratón de Nueva York”.

Ramón Arroyo fue uno de los grandes protagonistas españoles el domingo en la Maratón de Nueva York. El hombre cuyo papel en la película “100 metros” era protagonizado por Dani Rovira, el luchar frente a la esclerosis que logró terminar un Ironman, había prometido volver a recorrer los 42’195 km por los 5 barrios de Nueva York cuando cumpliera 50 años. No quiso esperar y lo hizo con 45 tras tres años muy duros de salud.

Ramón fue diagnosticado en 2004 (tenía entonces 32 años) y comenzó a correr como terapia y se enganchó, "lo hice porque era el deporte más económico y sencillo, era ponerte unas zapatillas y salir". Luego llegaría la natación y finalmente la bici para acabar corriendo un día un Ironman. “El objetivo de terminar un ironman no era otro que el de dar mayor visibilidad y conocimiento social sobre esta enfermedad. Lo que quiero dejar claro es que la esclerosis va por fases, y que no todos los que la padecemos tenemos que demostrar nada haciendo un Ironman, yo lo hice porque me vi fuerte y era una forma de intentar difundir un mayor conocimiento sobre ella, pero para muchos su ironman particular es atravesar 100 m o atarse las zapatillas, lo importarse es no rendirse".

Ramón formó parte del proyecto “Duendes de Nueva York» que lanzó junto a Mago More que hacía su debut en maratón. Un grupo de personas con diferentes dolencias en el maratón más famoso del mundo para lanzar un mensaje de esperanza a través de la actividad física: el deporte es una herramienta poderosa para sobrellevar la convivencia con una enfermedad crónica. Ramón nos cuenta que todo comenzó cuando “estábamos dando una charla sobre esclerosis y en una de esas More me preguntó cuál era mi próximo reto. Le dije que quería correr el Maratón de Nueva York y, casi de broma, que si se apuntaba. Y él me dijo que sí. Ahí se puso el germen de este proyecto al que luego se unieron las chicas de "Corre en Rosa", que son supervivientes de un cáncer de mama. “Este un proyecto con el que queremos ir más allá de la gente que tenemos una enfermedad; todos tenemos nuestra enfermedad, nuestro reto; todo no es posible en esta vida pero somos capaces de conseguir mucho más de lo que creemos. Está claro que hay que currárselo mucho porque sin trabajo no se consigue nada pero tiene su premio. Después del maratón veas a la gente por la ciudad con las “patas de palo” pero con la medalla de finisher colgada al cuelo y con una gran sonrisa en la cara. No importan la distancia, yo invitado a todo el mundo a que se rete a su propio maratón”.

Ramón nos contaba que este de Nueva York había sido “el maratón en el que más he sufrido pero también en el que más he disfrutado. No contaba con que la salud me respetara para poder hacer otra vez el maratón de Nueva York”.