Circuitos. Dan muy buen resultado para aprender, no tienes más que marcar en una zona de tierra un recorrido con un palo, como una especie de carretera, más o menos sinuosa. Hay que pasar por el circuito sin salirse. Puedes complicarlos tanto como quieras, con subidas, bajadas, curvas, etc y los más pequeños se divertirán también mientras los marcan.
Imitar lo que hace el de delante. Es un ejercicio creativo para el que lidera y de imagen corporal para el que sigue: puede soltar una mano, pedalear poniéndose en pie y sentado con cada pedalada, ir haciendo eses todo el rato, inclinar la bici a uno y otro lado, ir sentados y levantar los pies hacia arriba, soltar una pierna… La cosa se puede complicar tanto como se quiera o pueda, ¿qué tal si cruzamos las piernas en el tubo superior o si ponemos un pie sobre el sillín?
Pasando curvas. Ponte delante y haz que te sigan, imitando tus gestos. Asegúrate de hacerlos con corrección: peso adelantado y cerca del lado externo de la curva, pie interior de la curva arriba. Por simple imitación si vas haciendo curvas exagerando el gesto del cambio de peso ellos irán adquiriendo la técnica buena.
Bajadas. Busca un descenso más o menos pronunciado, explica y realiza tú mismo la técnica de bajada, echando el cuerpo hacia atrás, y pide que vayan pasando, de uno en uno para que los puedas corregir.
Subidas. En un ascenso explica cómo hay que avanzar el cuerpo para que la rueda delantera no se levante y subir más equilibrado. Si es necesario dales un empujón para que puedan superar las zonas más empinadas.
La hora de los Trucos. Ahora toca imaginar qué se puede hacer con la bici "!chicos, inventaos cada uno un truco", y sin decirles nada, fijaos qué imaginación y qué control tienen algunos.
Iniciación a los caballitos. Ponemos una marca en el suelo o un pequeño obstáculo (palo, tablón, baldosa…). Hay que pasar por encima sin tocarlo con la rueda delantera. Explicamos que hay que dar un fuerte tirón del manillar y a la vez desplazar el peso hacia atrás. A los más pequeños les podemos mostrar lo que se siente con la rueda delantera arriba, para que no se asusten con las sensaciones, mostrándoles que con el freno trasero se puede controlar la caída hacia atrás.
Levantando la trasera. Cuidado con este ejercicio, que puede que algún niño se dé la vuelta hacia delante, se recomienda que haya dos adultos en el punto de levantamiento de la rueda, para agarrar al pequeño si se cae hacia delante.
Saltos. Suele motivarlos mucho saltar, el campo está lleno de pequeños montículos o resaltes que te servirán como salto. Si no encuentras saltos construye uno con un tablón ancho y unas piedras grandes bajo uno de los extremos. Al principio debe tener una altura tal que el niño pueda pasar rodando sin que el plato choque con la rampa, sin saltar nada. Puedes irla elevando según veas que la pasan, tirando un poco del manillar, siempre que veas que no corren peligro. Ponte a la salida de la rampa por si alguno se desequilibra para sujetarle.
Giro con derrape. Utiliza conos o piedras para marcar una curva y hazlo tras una bajada para facilitar el aprendizaje. Si no saben derrapar sólo tienen que bajar la cuesta, quitar del pedal el pie del lado al que van a girar, torcer al llegar al cono y justo después bloquear el freno trasero: el derrape sale solo.
Puedes hacer que lo prueben también en un parque o zona más urbana, aprovechando algo de tierra o de hojas caídas para frenar justo encima con la rueda trasera mientras están girando.
Paso estrecho: Usando conos de marcaje de fútbol o de slalom de monopatín podrás delimitar un paso estrecho para que vayan aprendiendo a controlar la trayectoria recta. Diles que pasen despacio, luego más deprisa y también que cambien de ir sentados a pasar la zona en pie.
Carreras lentas: gana el que llega último a la meta. Para que sea más estimulante y divertida la carrera marca varios carriles. No se puede salir del carril: el que sale o apoya un pie en el suelo tiene que avanzar tres pasos. Es mejor impulsarse con medias pedaladas porque yendo muy despacio cuando un pedal está arriba y el otro abajo es fácil perder el equilibrio. Puedes complicarlo haciendo carrera lenta con una mano o sentados.
Persecuciones: Hay un niño que "a lleva" y éste tiene que tocar con una mano en la espalda a otro niño para dejar de llevarla y que la lleve el otro. Es un juego de persecución que desarrolla la destreza sobre la bici de forma no consciente y además supone un buen trabajo físico.
Bajar escalones. Empieza con un bordillo bajito en el que no choque el plato, que no supone peligro alguno. Puedes progresar con unas gradas largas y poco a poco busca escalones más seguidos y algo más altos. Ten en cuenta el tamaño de la rueda de la bicicleta y el del niño, lo que para uno de 11 años es fácil para uno de 7 con una bici más pequeña puede ser muy complicado, aunque tenga buena técnica, ya que el tamaño relativo del escalón es mucho mayor.
El único límite para crear actividades y juegos que mejoren la destreza sobre la bici es la imaginación, aquí teneís algunas ideas más para poner en práctica:
Bici-ball: ¡Hoy partido de fútbol!, pero con bici, que es más difícil.
Parejas apoyadas: Con niños de estaturas similares, formar parejas. Hay que hacer un recorrido sencillo pero apoyándose uno sobre el otro, de lado.
El imposible: ¿Quién puede conducir con los brazos cruzados?
El guardia de tráfico. Les servirá para aprender a frenar. Los niños están moviéndose por una zona delimitada y cuando tú haces un pitido largo tienen que pararse de golpe. El que no se ha parado cuando acabe tu silbido pierde un punto. La pitada o silbido corto reanuda la marcha.