El bueno de Arquímedes no se imaginó que su idea daría para tanto. Y es que una polea ya no es solo un útil de trabajo, también es un más que polifacético medio para nuestro entrenamiento.
El entrenamiento con poleas, además de permitir un trabajo funcional y de fuerza dinámica gracias a que la tensión que ejercen las poleas sobre los músculos no presenta la misma intensidad durante todo el movimiento, es que es un medio de trabajo seguro con transferencias positivas a nuestro deporte y que nos permite plantear un entrenamiento unilateral y bilateral.
En este artículo os proponemos algunos ejercicios específicos para el entrenamiento de la espalda con polea. ¡Prepárate!
Sentadilla con remo: Sumamos al clásico remo la acción de la sentadilla, que debemos ejecutar alternando ambos movimientos. La polea puede ayudarte a guardar el equilibrio y a mejorar el gesto de la sentadilla, eso sí, vas a tener que activar la musculatura del core para evitar desequilibrios, lo que suma intensidad al ejercicio. Recuerda mantener la espalda bien alineada en todo momento a pesar de la carga, tus lumbares lo agradecerán. Haz 3 series de 12-15 repeticiones con cada brazo.
Zancada con remo: Con esta alternativa al ejercicio anterior sumamos intensidad al trabajo del tren inferior. Evita que la rodilla se proyecte demasiado hacia delante para liberarla de tensión. Recuerda que el codo debe llegar y sobrepasar la línea de nuestra espalda, haciendo que la escápula del lado que trabaja se dirija hacia el centro de nuestra espalda. Haz 3 series de 12-15 repeticiones con cada brazo.
Tracciones con sentadilla isométrica: Mantener la posición de sentadilla durante todo el ejercicio significa un gran trabajo para los cuádriceps, glúteos y región lumbar. Es importante que la espalda conserve su correcta posición, evitando balanceos y curvaturas erróneas. Recuerda que la barra se dirige hacia el pecho, que se proyecta hacia ella mientras los omóplatos se unen. Haz 3 series de 12-15 repeticiones.
Tracciones con sentadilla isométrica (versión 2): Esta variante tiene una implicación muy similar a la anterior salvo por la mayor activación de la denominada espalda baja, sobre todo si flexionas algo más la cadera desplazando el tronco hacia delante. Puedes elegir una u otra versión según tus propios gustos o preferencias, sabiendo esa pequeña diferencia entre ambos. Haz 3 series de 12-15 repeticiones.
Ya tienes los ejercicios, ¡ahora toca ponerlos en práctica!