Si te preguntas si puedes seguir corriendo durante el embarazo, la respuesta es que sí, la mayoría de las corredoras lo hacen y no sólo porque el ejercicio es la mejor ayuda para sobrellevar el embarazo sin las complicaciones más habituales. Correr también ayuda a aceptar los cambios en tu cuerpo y a sobrellevar las molestias con una sonrisa de felicidad. No hay problemas para seguir corriendo, siempre que lo hagas de forma habitual y adaptes el entrenamiento a tus nuevas condiciones físicas:
- Entrena con pulsómetro. Los especialistas recomiendan no superar las 140 pulsaciones durante la carrera. Sin embargo, para las mujeres deportistas habituadas a correr se puede llegar a pulsaciones mayores siempre que no llegues a tu umbral máximo aeróbico que depende de tu constitución física y entrenamiento.
- Habla mientras corres. Si quieres entrenar sin riesgos durante el embarazo, mantén un ritmo que te permita hablar durante la carrera. Si puedes mantener una conversación, te aseguras que llega suficiente oxígeno a tu placenta para alimentar a tu pequeño.
- Escucha a tu cuerpo. Durante el embarazo cada día aparece un nuevo cambio en tu cuerpo, aprende a interpretar las señales. Unos días tendrás energía extra y podrás entrenar sin problemas mientras otros no podrás hacerlo por el cansancio y fatiga.
- Olvídate de sufrir. Las corredoras estamos acostumbradas a pedir esfuerzos a nuestro cuerpo, a que las mejoras se consiguen sufriendo un poquito más; pero durante el embarazo no debes hacerlo, entrena porque correr te hace sentirte bien y porque te ayuda a mantener tu peso, pasa de "piques".
- No te acalores. El calentamiento excesivo puede provocar una hipertermia fetal, muy perjudicial para el bebé. Piensa que el bebé está inmerso en una piscina ?calentita? y no puede sudar para liberar calor cuando tu haces ejercicio. Evita entrenar a las horas más calurosas y lleva ropa holgada para no sudar en exceso. <
- Bebe agua antes y después. Por la hipertermia anterior y porque necesitas mantener un buen nivel de hidratación durante el ejercicio.
- Evita la hipoglucemia. Al correr utilizas como combustible la glucosa en sangre y si el ejercicio es continuado puedes llegar a faltarle alimento al bebé. Para evitarlo, debes comer adecuadamente y llevar siempre a mano, fruta o frutos secos que aportan energía durante el ejercicio de larga duración.
- Evita la competición. Si tu sueldo no depende de ello, no es conveniente competir embarazada, al no ser que tu superioridad física sobre las rivales te permita ganar sin esfuerzo, el resto de las mortales no pueden evitar el gusanillo de la competición y acaban haciendo esfuerzos excesivos que en una embarazada pueden causar problemas. Participa en las carreras sin agobios, por el placer de correr.
- Olvídate del podio de la "superwoman". Las mujeres embarazadas deportistas tienen asegurada la medalla de oro sin necesidad de hacer méritos, son unas campeonas. Los esfuerzos excesivos, la dieta baja en calorías, los entrenamientos de larga duración y las series puntúan negativo durante estos nueve meses.
- Aliméntate como una princesa. Come muy bien, mucha fruta, verdura, ensaladas, lácteos desnatados, pescados y carnes magras a la plancha, etc. Olvídate de los antojos peligrosos y sustituye los alimentos basura (grasas, bollería, dulces, gominolas, etc) por refrigerios sanos como yogur con frutas y cereales, helado casero con zumos de frutas, etc. No salgas a la calle sin un par de barritas de cereales y unas piezas de fruta para evitar bajadas de azúcar y mareos.