A nivel de competición es una prueba contrarreloj con salida individual en la que se trata de recorrer un circuito mayoritariamente en bajada en el menor tiempo posible. A nivel aficionado es simplemente…bajar y disfrutar al máximo del terreno. Así dicho parece fácil, pero puestos en faena la cosa tiene mucha más miga de lo que parece ya que los recorridos tienen su grado de dificultad: hay curvas con peraltes, saltos, zonas muy bacheadas, cortados, zonas a media ladera, etc. Para acercaros a esta divertida disciplina hemos contactado con César Díaz, organizador del "Descenso Morata de Tajuña – Lambea",
Algunos consejos básicos para afrontar una bajada con seguridad
Por Daniel Morales. Coordinador de NCP Freeride. Escuela de Mtb
1. Para empezar, lo mejor será bajar un poco el sillín sobre la posición habitual de pedaleo, así tendrás más libertad de movimientos y podrás bascular hacia delante y hacia atrás según el terreno que te vayas encontrando.
2. El cuerpo no tiene que ir rígido, ha de llevarse algo suelto para adecuarnos a los baches y que éstos no nos hagan rebotar sobre nuestra bici, utilizaremos los brazos y las piernas flexionándolos y extendiéndolos según vaya variando el perfil del terreno.
3. La posición debe ser centrada, si vamos demasiado retrasados por miedo a la inclinación de la pendiente, perderemos la fuerza que se ejerce sobre los pedales y que nos da más tracción, cargándola en las rodillas y dificultando la conducción, en cambio sí llevamos una posición centrada, la cadera será la encargada de bascular para la absorción del terreno, dejando las piernas más libres para ejercer más amortiguación. Nuestra mirada tiene que ir adelantada, unos cuatro o cinco metros por delante, para que nos dé tiempo a anticiparnos a los obstáculos que nos vayamos encontrando.
4. El uso de los frenos es de lo más importante, hay que aplicarlos con cautela. Cuando se frena la bici se pega más al suelo pero si abusamos del derrape perdemos tracción, conseguimos el efecto contrario, y sin tracción no podemos girar ni cambiar de dirección, aparte de que se erosionan sin necesidad los caminos causando un mayor impacto al medio ambiente. No es la idea de los que nos gusta disfrutar de la bicicleta en los enclaves montañosos.
5. La velocidad hay que ajustarla antes de cada obstáculo o curva, no sobre ellos. Por eso lo importante de la anticipación de la mirada. Hay que llevar una velocidad en bajada acorde al nivel técnico, aprovechar los resaltes y curvas de los caminos y buscar la diversión más que la velocidad infinita sin control. En los caminos nos podemos encontrar diferentes obstáculos, que pueden ser saltos, a modo de cortados, saltos con una recepción en forma de bajada, curvas peraltadas, pasarelas de madera y un sinfín de obstáculos naturales que hacen que cada bajada sea una aventura única y sólo den ganas de repetir.
Aprovéchate
En casi todos los circuitos de descenso de competición encontrarás peraltes, bien naturales o bien construidos artificialmente. Es la mejor forma de mantener la energía cinética que llevas con tu velocidad y que te quiere sacar de la curva, para continuar en la siguiente recta casi igual de rápido. La clave es llevar tu peso hacia fuera, girando con autoridad y sin miedo, apoyándote de forma nítida (el peralte te mantiene en la curva) buscando con las ruedas la línea de transición entre la parte plana y la parte inclinada del peralte. Cuando más repitas más naturalmente encontrarás el punto dulce en el que puedes mantener la máxima velocidad.
Marchando un cortado
Cuando el terreno tiene un desnivel casi vertical acusado estamos ante un cortado. La complejidad la da la altura del mismo y el tipo y forma de la recepción o zona de aterrizaje. Si hay poca altura y el aterrizaje es en ligero descenso es realmente fácil pasarlo, no hay más que desplazarse ligeramente hacia atrás para que la delantera no aterrice antes de tiempo...y nada más.
Si es más alto la complejidad real es la misma que si es bajo, pero interviene un segundo factor psicológico que lo complica todo. Hay cortados en los que no ves el suelo y parece que el mundo acaba ahí, pero no te preocupes, Cristóbal Colón ya comprobó hace tiempo que eso no es cierto... Antes de saltarlo asegúrate de que la recepción está limpia de piedras o surcos que te puedan provocar una caída. A poco que la zona sea en ligera bajada no tienes mucho que hacer más que llevar el peso atrás un instante antes de que la rueda delantera llegue al borde del cortado. Mantén la posición básica de semiflexión de rodillas y codos...y a volar.
Doble o nada
Cuando te sientas confiado con los cortados el siguiente paso son los dobles, saltos en los que hay una zona baja entre el despegue y la recepción, pero antes probaremos con una meseta, que es lo mismo pero con la parte intermedia rellena en vez de vacía, de forma que se une en linea recta la parte alta del despegue con el inicio de la recepción.
A media ladera
Tienes la sensación de que te vas a caer hacia el lado del valle y curiosamente lo que hay que hacer, llevar el cuerpo hacia ese lado, es lo contrario de lo que suelen realizar de forma intuitiva muchos de los que empiezan. Inclina ligeramente tu bici hacia la montaña, con el pedal del lado de la montaña ligeramente más alto que el del lado del valle.
Sobre los baches
Deja el cuerpo suelto, adáptate a sus inclinaciones moviendo el manillar adelante y atrás mientras tú permaneces centrado. Mantén las ruedas girando, son tus mejores amigas en terrenos complicados porque la inercia que acumulan tiene un efecto giroscópico estabilizador y porque su adherencia sobre el terreno depende de la continuidad de su movimiento, una frenada algo brusca y la rueda desliza lateralmente haciéndote perder la línea correcta.
El guerrero y su montura
Las bicicletas de descenso tienen suspensión delantera y trasera, de gran recorrido (180 mm o más), son más largas entre ejes que una doble convencional, para ganar estabilidad a alta velocidad, y también sus ángulos de dirección y sillín son diferentes: la horquilla está más inclinada para permitirte pasar sobre los obstáculos sin que "te atranques". Tienen un solo plato (no necesitas más al no haber fuertes subidas en los recorridos) con un guiacadenas que evita que la cadena se salga en las zonas bacheadas. Los frenos son siempre discos hidráulicos, de gran potencia, con diámetros del propio disco entre los 180 y los más de 200 mm.
El "guerrero", Óscar Berrocal en este caso, tiene que llevar casco integral para ir bien protegido, específico de mountain bike más ligero que uno de motocross, gafas cerradas similares a las de esquí, guantes largos, rodilleras, coderas, bermudas resistentes a la abrasión y protecciones en hombros, pecho y espalda.