Frente a los expertos que defienden los ejercicios abdominales "de toda la vida", otros afirman que son perjudiciales, especialmente para las mujeres, y proponen una forma muy diferente de trabajar la zona media. Es la gimnasia abdominal hipopresiva, los famosos "hipopresivos", que prometen una reducción espectacular de la cintura y un fortalecimiento simultáneo del suelo pélvico. Muchas mujeres deportistas, especialmente las que han tenido hijos, cuentan maravillas de este método. Otras opinan que requiere mucho más tiempo, no son fáciles de llevar a cabo y los resultados son muy parecidos a los que se obtienen con un trabajo funcional del abdomen. ¿Han pasado los abdominales tradicionales a la historia? ¿O por el contrario los hipopresivos son una moda sin demasiados beneficios? Hemos preguntado a expertos de ambos "bandos" para que puedas crearte tu propia opinión. ¡La batalla está servida!
Por Tamara Rial, Directora de Investigación del Método Hipopresivo y Piti Pinsach Director de Formación del Método Hipopresivo
Si notas que los ejercicios abdominales que realizas no tienen los efectos que deseas, prueba con los hipopresivos. Es un método global que entre otros beneficios logra reducir el perímetro de la cintura, disminuir los problemas de espalda, prevenir hernias, evitar la incontinencia urinaria, mejorar el rendimiento deportivo, la postura, la función respiratoria y la sexual. Todos estos beneficios vienen dados porque no es simplemente un ejercicio para el abdominal sino un ejercicio completo para ejercitar todo el organismo a la vez.
Los profesionales del Método Hipopresivo coinciden en que, si tienes una faja abdominal y/o un suelo pélvico incompetente que al hacer un esfuerzo, reír o toser, el abdomen y/o el suelo pélvico ceden (va hacia afuera), cuando realices ejercicios abdominales tradicionales (elevación de tronco, piernas o pelvis estando tumbado en el suelo o los abdominales que se realizan en Pilates) puede que debilites más estas estructuras y que sean menos eficaces en su función de faja o sostén.
La faja abdominal se distiende cada vez más y cuando estés de pie, relajada, te verás con más barriga que cuando tu faja abdominal no sufría estos aumentos de presión. Estos mismos aumentos de presión distienden el suelo pélvico, lo hacen incompetente para su función de sostén y no aguanta con tanta facilidad los órganos pudiendo ser una de las causas, en la mujer, de la incontinencia urinaria y de los prolapsos (caídas de vejiga, útero o recto)
Si es tu caso, debes trabajar para que tu faja abdominal y tu suelo pélvico vuelvan a ser competentes, es decir, que al hacer un esfuerzo se contraigan sin que tengas que pensar en ello. A esto ayudan los ejercicios hipopresivos que logran aumentar el tono de reposo de la faja abdominal y del suelo pélvico.
Más información en www.metodohipopresivo.com
Por Fernando Martín, Profesor Facultad de Ciencias de la Actividad Física en la Universitat de València.
Cuando hablamos de entrenamiento abdominal, todo el mundo lo asocia al trabajo de un único músculo, el recto abdominal (six pack) y esto es un error, la musculatura abdominal (CORE) comprende nada más y nada menos que 29 pares de músculos que realizan dos funciones muy importantes para la salud de nuestra columna vertebral: estabilizar la columna y movilizar el tronco.
Desde un punto de vista funcional, deberemos efectuar ejercicios que involucren tanto a la musculatura más profunda de la columna como a la más superficial, asegurándonos de esta forma la salud de la columna vertebral (menos dolores de espalda baja), la mejora de la postura, prevención de hernias, e incrementos del rendimiento. De igual forma, se deberá prestar atención a la musculatura de la zona pélvica, que también forma parte del CORE, para prevenir debilidades en la misma que puedan ocasionar incontinencias urinarias.
Para ello, se deberán utilizar, con las debidas precauciones, ejercicios que vayan desde el trabajo estático, tales como planchas, hasta el trabajo más dinámico e incluso en condiciones de inestabilidad similares a las acciones reales que se van a encontrar nuestros músculos en situaciones cotidianas, tanto del ámbito deportivo como diario.
Limitar el entrenamiento de los abdominales a las típicas flexiones de tronco y/o elevaciones de piernas es un error al que recurren como argumento diferentes propuestas aparecidas no hace mucho, tales como la escuela del método hipopresivo, para proclamar las ventajas de dicho método que, desde mi punto de vista, no son tan evidentes conforme a los estudios realizados. De igual forma hay que preguntarse si la disminución del perímetro de la cintura que se asegura se consigue con la práctica de este método viene acompañado de una reducción del porcentaje de grasa corporal que es lo verdaderamente importante y saludable.
Lo más saludable es realizar un trabajo completo de la musculatura del CORE, y programar el entrenamiento de forma que trabajemos primero la estabilización de la columna, musculatura profunda y posteriormente la movilización del tronco, musculatura más superficial y que abarquen a la mayoría de músculos de la zona, oblicuos, recto anterior abdomen, transversos, cuadrado lumbar, erectores espinales, multífidus, cuadrado lumbar, etc. Hay que partir de ejercicios fáciles de realizar y de situaciones estables, tales como el trabajo de pie, hasta situaciones complejas que abarquen un mayor número de músculos y supongan pequeños retos a superar.
La ejecución de los ejercicios abdominales hipopresivos no es sencilla y además existen algunas contraindicaciones, por lo que los expertos en este método recomiendan realizar una sesión práctica en la que te explican cómo hacerlo (consulta en su web horarios y fechas). Aunque si no eres una mujer embarazada ni padeces hipertensión, puedes comenzar a practicar con el ejercicio hipopresivo del Hipogeo:
Colócate a gatas con las manos separadas unos dos palmos entre sí y los dedos mirándose. Las rodillas tienen una separación de unos dos palmos y están a una distancia de sólo un palmo de las manos.
Apoya suavemente la parte alta de la frente entre las manos. El peso se reparte entre manos, rodillas, pies y cabeza. Empuja los codos hacia afuera (decoaptación) mientras expulsas todo el aire de tus pulmones. Cuando te quedes sin aire (apnea espiratoria), abres las costillas como si quisieras tomar mucho aire. Ruedas con la cabeza hacia adelante pasando de tocar la parte superior de la frente a la parte central de la cabeza y casi posterior de la misma. Sentirás como tu faja abdominal se contrae sin que tú hagas nada para ello. Lo mismo notarás en tu suelo pélvico. Repetir éste y otros ejercicios hipopresivos reprograma tu faja abdominal y tu suelo pélvico, y los hace competentes para su función según los expertos en método hipopresivo.