Pues desde luego que no es ético. Y en esto estaréis todos de acuerdo, pues un organismo cuya labor es velar por la salud pública y promover hábitos de vida saludable en los que se incluyen principalmente los alimentarios, no puede patrocinar o promover el consumo de alimentos procesados que nada tienen que ver con llevar hábitos saludables. Y la consecuencia es, que nos han hecho creer que consumir galletas vitaminadas con fibra, omega3 o cereales comerciales del desayuno, no son perjudiciales y parece que no están reñidos con la salud, y de veras que esto es indignante.
Si bien las marcas y empresas alimentarias de productos procesados (Nestlé, Artiach, Cuétara, Kellog’ s…) tratan de vendernos la moto para que consumamos por el bien de su empresa, trabajadores y accionistas, lo que no es lícito es que un organismo de salud, promueva el consumo de estos productos, y esto sucedió con ciertas galletas y cereales del desayuno que venían abalados por la Asociación Española de Pediatría (AEP).
El pasado año, la Organización Médica Colegial, que es la institución que agrupa a todos los colegios de médicos de España, declaró que este tipo de prácticas suponen "una forma de publicidad subliminal asociativa en la que se entiende que el producto viene avalado por la sociedad científica cuya imagen o logo figura en el mismo producto", dejando claro que "es contrario a la ética profesional solicitar o aceptar contraprestaciones a cambio de prestar la imagen de la profesión médica para avalar productos alimentarios que no son saludables".
Esto hizo que el sello de la Asociación Española de Pediatría (AEP) dejara de mostrarse en los diversos productos en los que aparecía y a la vez hiciera público un comunicado para lavar su imagen. Puedes leer el comunicado al completo en este enlace.
Sin embargo este comunicado que hizo la AEP para justificar lo injustificable es vergonzoso dado que parece que no han hecho nada malo y encima siguen defendiendo el consumo de estos productos procesados con frases como:
"No existen alimentos buenos o malos sino una alimentación saludable o no" ¿DE VERDAD QUE NO HAY ALIMENTOS BUENOS O MALOS?
"…Las galletas –como otras formas de cereales- son buenos instrumentos para conseguir hacer una dieta variada y saludable. En este sentido, el Comité de Nutrición de la AEP considera que las galletas son un alimento sano…". ¿DE VERDAD LAS GALLETAS SON UN ALIMENTO SANO?
"Tanto por su aceptación como por su valor nutricional, las galletas son un buen alimento para el desayuno y la merienda…". ¿DE VERDAD SON UN BUEN DESAYUNO Y MERIENDA, NO HAY OTROS MEJORES?
Y lo único que es algo acertado en el comunicado es aclarar que es realmente una galleta de acuerdo con la legislación española: "…Son productos alimenticios elaborados fundamentalmente con una mezcla de harina, grasas comestibles, adicionado o no de azúcares sometido a un proceso de amasado y posterior tratamiento térmico, que dan lugar a un producto de presentación muy variada caracterizado por el bajo contenido en agua. Las galletas se caracterizan por su elevado valor energético (400-490 kcal/100 gramos) y en su composición destaca el contenido en hidratos de carbono (60%-70%), entre los que se encuentran los polisacáridos (almidón) y altos contenido de azúcar (25%-35%); su contenido en lípidos es del 12%-25%. Los azúcares son el ingrediente básico de las galletas dulces y constituyen el 40% del total de hidratos de carbono…" Y realmente las galletas no son solo esa definición, sino que son uno de los productos procesados más consumidos por niños y adultos que nefastamente aportan a la dieta muchas harinas refinadas, exceso de azúcares y sodio, grasas refinadas insanas… Lo que promueve una alimentación poco saludable y realmente no deberían ser compatibles con una vida sana.
Explicado esto, quiero dejar claro que no debemos fiarnos demasiado de los organismos relacionados con la salud cuando nos digan que ciertos hábitos no son perjudiciales puesto que como hemos visto con este caso, parece que las galletas no son malas y realmente deberían de ser un alimento para consumir muy esporádicamente y no para hacerlo a diario en el desayuno o merienda por pequeña que sea su cantidad.